Condenación de la Gran Ramera (Parte 7) Integración de iglesias evangélicas apóstatas
“He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.” (Apocalipsis 3:14-18)
El mensaje de Jesús a la iglesia de Laodicea nos muestra la defecación doctrinal que se ha desarrollado por muchos años a través de líderes corruptos que son descritos en las sagradas escrituras como gente cuyo dios es su propia satisfacción, sin importar el daño que le hacen a la obra de Dios,
“Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.” (Filipenses 3:18,19)
Esta lamentable condición estaba prefigurada en la parábola de Jesús sobre la semilla del grano de mostaza,
“El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.” (Mateo 13:31,32)
Las aves de los cielos que vienen y hacen nido representan pájaros de rapiña o individuos que llegan a los concilios o iglesias y por su preparación académica y elocuencia se acomodan en puestos de liderazgo para hacer cambios o modificaciones que les beneficie en lo personal o para cualquier grupo al que respondan sus intereses. Esto lo hacen de manera muy sutil con tácticas de manipulación muy diversas,
“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme…
Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad…
Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error. Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción.” (2 Pedro 2:1-3;14,15; 18,19)
Las escrituras proféticas truenan contra este tipo de personas y les envía una severa advertencia, de manera que los creyentes sinceros que aman de corazón al Señor no sean arrastrados por sus engaños,
“¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré. Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos…
Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho.” (Judas 1:11,12; 16)
Muchas de sus congregaciones están llenas de creyentes adormecidos que piensan estar en el lugar correcto, porque se les brinda lo que ellos desean en su humano entendimiento (Laodicea: Lao=gente, dicea=dicen). En este tipo de iglesia se relega a un segundo plano la pureza de la doctrina del Señor, tildándola de arcaica y obsoleta, a la vez que establecen la nueva mentalidad, cargada de conceptos humanistas, gnósticos y ocultistas. Las personas llegan a pensar que las cosas se obtienen por confesar, declarar, decretar, sin importar la calidad de su vida espiritual. Se sustituye la obediencia y fidelidad a Dios por técnicas psicológicas de asentamiento intelectual,
“Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.” (1 Pedro 5:2,3)
Jesús es el modelo del buen pastor, a la vez establece la diferencia entre los buenos pastores y los que solo están pendiente a su ganancia material,
“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen…” (Juan 10:11-14)
Debemos cuidarnos de medir la prosperidad de los creyentes por la cantidad de bienes materiales que poseen. La avaricia es una de las condiciones que ha hecho perder a más personas a través de la historia,
“Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee…” (Lucas 12:15)
“... gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1 Timoteo 6:6-10)
“¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros. He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia.” (Santiago 5:1-6)
“¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.” (Marcos 11:17)
“Y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a todos los que vendían y compraban en él, diciéndoles: Escrito está: Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.” (Lucas 19:45,46)
Examinando estos pasajes podemos entender algunas razones por las que este tipo de iglesias corren hacia el período de la tribulación y son asimiladas por la gran ramera, formando así BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
CONTINUARÁ…
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