CONDENACIÓN DE LA GRAN RAMERA (Parte 8)-Ebria de la sangre de los mártires de Jesús-
“Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro…” (Apocalipsis 17:6)
Se describe este sistema religioso como cruel, sanguinario y sin misericordia. Solamente vela por sus intereses; son cordiales y diplomáticos en la medida que sirva para adelantar sus planes de dominio mundial.
Han manifestado esa conducta a través de la historia; millones de personas murieron bajo crueles torturas, especialmente entre la Edad Media y el Renacimiento por no estar de acuerdo con este sistema eclesiástico corrupto. En el presente han adoptado la actitud conciliadora como estrategia de acaparar otros sectores religiosos y unirlos en una organización mundial.
Sin embargo, en lo interno, sigue siendo un sistema religioso totalitario y tiránico. Su ambición es insaciable y trabajan arduamente para llevar el dominio y autoridad de todas las instituciones del mundo al control del anticristo o la primera bestia,
“Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.” (Apocalipsis 17:13)
Las escrituras proféticas nos dejan ver que la intención de imponerse por la fuerza no ha desaparecido de su agenda, porque no solamente ayudarán a diseñar el sistema global de control poblacional, sino que perseguirán y matarán a todos los que no se sujeten a su dominio. El capítulo trece de Apocalipsis nos habla de las dos bestias: La primera es el imperio del anticristo y la segunda es el falso profeta o la bestia que tiene cuernos de cordero pero habla como dragón, dando a entender que será un líder supuestamente cristiano, pero su enseñanza será de origen satánico. Es este líder el que se encarga de preparar al mundo para la llegada del hijo de perdición y es quien diseña todo el andamiaje socio-económico-religioso para ser entregado al dominio de la primera bestia o anticristo; de esta manera pretenden deshacerse de Dios y entregar los reinos del mundo en manos de Satanás,
“Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.” (Apocalipsis 13:15-17)
El arrebatamiento de la verdadera Iglesia causará un impacto tan grande en el mundo, que muchas de las personas que se queden recordarán lo que se ha predicado sobre este tema y preferirán entregar sus vidas antes de recibir una marca que los condenaría para siempre. Por esta razón se describe a la gran ramera, como embriagada de la sangre de los mártires del Señor. Morirán más cristianos en este período que en cualquier otro momento de la historia. La infame imaginación de los antiguos inquisidores se quedará corta ante las nuevas técnicas de tortura y muerte que se utilizarán en ese tiempo. Por esto es importante recalcar que debemos pedirle de todo corazón a Dios que nos permita estar listos para irnos en el primer viaje,
“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.” (Lucas 21:34-36)
Decir que creemos en Jesús, asistir a una iglesia, tener ministerio o manifestar dones sobrenaturales no nos garantiza ser levantados en el arrebatamiento, sino el guardarse para Dios en santidad y justicia,
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” (Mateo 7:21-23)
“Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.” (Lucas 10:17-20)
“Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.” (2 Timoteo 2:22)
“Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado. Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.” (Hebreos 12:12-16)
Continuará…
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