Friday, July 8, 2022


UN NUEVO AMANECER PARA LA HUMANIDAD: Servicio en el templo de Dios durante el milenio (Parte 3) 
“En visiones de Dios me llevó a la tierra de Israel, y me puso sobre un monte muy alto, sobre el cual había un edificio parecido a una gran ciudad, hacia la parte sur. Me llevó allí, y he aquí un varón, cuyo aspecto era como aspecto de bronce; y tenía un cordel de lino en su mano, y una caña de medir; y él estaba a la puerta. Y me habló aquel varón, diciendo: Hijo de hombre, mira con tus ojos, y oye con tus oídos, y pon tu corazón a todas las cosas que te muestro; porque para que yo te las mostrase has sido traído aquí. Cuenta todo lo que ves a la casa de Israel.” (Ezequiel 40:2-4)   

En la pasada edición del nueve de mayo estuvimos considerando, a la luz de las escrituras proféticas, la estructura político social del reino de Dios sobre la tierra durante el milenio. Recordemos que los primeros mil años del reino teocrático no se refieren a un reino diferente al de la eternidad; será un período de tiempo donde el Señor hará la prueba final de la humanidad y así seleccionar los que entrarán a la eternidad con Él. 

Recordemos que la nación de Israel será establecida como capital universal del reino teocrático, pero a la vez subordinados al mismo,  
“Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.” (Isaías 2:2,3) 

La Iglesia será corregente con Cristo, encargada de impartir las reglas divinas y la enseñanza espiritual a la nación de Israel,
“... con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.” (Apocalipsis 5:9,10)   

Las instrucciones del Mesías Jesucristo vendrán a través de la Iglesia y ésta a su vez la impartirá a los líderes de la nación de Israel, para luego ser transmitida al resto de la humanidad, 
“... tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros. Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.” (Isaías 30:18-21) 

La tierra de israel será distribuída de manera diferente, habrá cambios topográficos y el templo de Dios se construirá en el mismo centro de la nación,
“Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur… Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén…” (Zacarías 14:4-11)  

La ciudad de Jerusalén será ampliada grandemente sobre su superficie anterior, 
“He aquí que vienen días, dice Jehová, en que la ciudad será edificada a Jehová, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Angulo. Y saldrá más allá el cordel de la medida delante de él sobre el collado de Gareb, y rodeará a Goa. Y todo el valle de los cuerpos muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los caballos al oriente, será santo a Jehová; no será arrancada ni destruida más para siempre.” (Jeremías 31:38-40)   

Todo el territorio que comprende la tierra prometida será poblado y dominado nuevamente por las doce tribus de Israel, sin embargo habrá ciertos cambios en cuanto a la ubicación original de cada una:
La parte norte- Será adjudicada a las tribus de Dan, Aser, Neftalí, Manasés, Efraín, Rubén y Judá, “... al norte, hacia Hamat, tendrá Dan una parte, desde el lado oriental hasta el occidental. Junto a la frontera de Dan, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, tendrá Aser una parte. Junto al límite de Aser, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Neftalí, otra. Junto al límite de Manasés, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Efraín, otra. Junto al límite de Efraín, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Rubén, otra. Junto al límite de Rubén, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Judá, otra.…”(Ezequiel 48:2-7)

Porcion santa- Franja territorial de 67 kms. de longitud y 27 kms. de anchura. Estará entre la parte norte y sur. Será el centro de operaciones de todos los asuntos del gobierno mesiánico y aquí se construirá el santuario, “La porción santa que pertenecerá a los sacerdotes será de vienticinco mil cañas al norte, y de diez mil de anchura al occidente, y de diez mil de ancho al oriente, y de veinticinco mil de longitud al sur; y el santuario de Jehová estará en medio de ella.” (Ezequiel 48:10)                                                                                                                            
La región sur- Será asignada a las tribus de Benjamín, Simeón, Isacar, Zabulón y Gad, “En cuanto a las demás tribus, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, tendrá Benjamín una porción. Junto al límite de Benjamín, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Simeón, otra. Junto al límite de Simeón, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Isacar, otra. Junto al límite de Isacar, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Zabulón, otra. Junto al límite de Zabulón, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Gad, otra. Junto al límite de Gad, al lado meridional al sur, será el límite desde Tamar hasta las aguas de las rencillas, y desde Cades y el arroyo hasta el Mar Grande… (Ezequiel 48:23-28) 

El santuario tendrá la apariencia de una gran ciudad, por su enorme tamaño y esplendor. No la confundamos con la Nueva Jerusalén que descenderá del cielo; son diferentes en estructura y propósito. Sobre ella escribiremos en próximas ediciones, 
“... y me puso sobre un monte muy alto, sobre el cual había un edificio parecido a una gran ciudad, hacia la parte sur…” (Ezequiel 40:2) 

Recordemos que el templo de Dios en la tierra es un modelo del que ha existido siempre en el cielo. En el santuario celestial Cristo mismo entró como testimonio vivo de nuestra redención, 
“Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios…” (Hebreos 9:24)   

“... tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.” (‭‭Hebreos‬ ‭8:1,2‬)

Algunos intérpretes opinan que el templo descrito por el profeta Ezequiel, a partir del capítulo cuarenta se refiere al tercer templo que se construirá durante el período de la tribulación. Sin embargo, si seguimos la secuencia de los eventos en esta revelación notaremos que el capítulo treinta y siete habla sobre la restauración del pueblo judío a su patria; el treinta y ocho y treinta y nueve describe la invasión de Gog “al cabo de los días”, haciendo una referencia a los últimos días del gobierno humano y del cuarenta al cuarenta y ocho se describe el templo del milenio con su decoración, la forma de culto y las personas que estarán a cargo. Además, el templo del milenio tendrá otra ubicación, estará en el mismo centro de la porción santa que divide la región norte del sur. Nunca en la historia se ha construído un santuario como el descrito en Ezequiel,
“La porción santa que pertenecerá a los sacerdotes será de vienticinco mil cañas al norte, y de diez mil de anchura al occidente, y de diez mil de ancho al oriente, y de veinticinco mil de longitud al sur; y el santuario de Jehová estará en medio de ella.” (Ezequiel 48:10)     

El sacerdocio levítico será restaurado para la ministración en el templo, primordialmente para celebrar, agradecer y recordar las grandes maravillas de Dios a favor de su pueblo. Es una perspectiva diferente a la de la ley mosaica, donde se hacían sacrificios y se celebraban ciertas fiestas con la idea de anunciar los bienes venideros, los cuales se cumplieron en la persona y la obra redentora de Jesús,
“Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel. Ni a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y encienda ofrenda, y que haga sacrificio todos los días… Si pudiereis invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de tal manera que no haya día ni noche a su tiempo, podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros.” (Jeremías 33:17,18,20,21) 

También se harán sacrificios de expiación por los pecados individuales de los que pecaren por error o por engaño, ya que habrá la posibilidad de pecar entre los sobrevivientes del período de la tribulación, los cuales vivirán en cuerpos naturales. Estos sacrificios se harán invocando el poder del sacrificio perfecto y permanente de Jesús, 
“Y el sacerdote tomará de la sangre de la expiación, y pondrá sobre los postes de la casa, y sobre los cuatro ángulos del descanso del altar, y sobre los postes de las puertas del atrio interior. Así harás el séptimo día del mes para los que pecaron por error y por engaño, y harás expiación por la casa.” (Ezequiel 45:19,20)

Recordemos que el sacrificio expiatorio de Jesucristo se hizo de una vez y para siempre. Al igual que en el presente, la persona que pecare deberá reconocer su pecado, renunciando a él y pidiéndole al Señor su misericordia,
“... por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” (Hebreos 7:25) 

"... somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre." (Hebreos 10:10)     

Se utiliza también él término expiación para la purificación de los objetos, el altar y las personas que habrán de ministrar allí,  
"Por siete días harán expiación por el altar, y lo limpiarán, y así lo consagrarán..." (Ezequiel 43:26)  

"Y el sacerdote tomará de la sangre de la expiación, y pondrá sobre los postes de la casa, y sobre los cuatro ángulos del descanso del altar, y sobre los postes de las puertas del atrio interior." (Ezequiel 45:19)   

Se destaca la figura del príncipe cómo líder de las actividades del templo. Algunos opinan que debe ser el propio Jesús, otros han sugerido la idea de que será David. Sin embargo debemos notar que Jesús será el Rey absoluto del gobierno mesiánico y David será regente local sobre la nación de Israel, subordinado al gobierno central. Por lo tanto, la identidad de este príncipe en el templo es desconocida, pero se puede notar que será una persona importante, líder respetado y fiel delante de Dios y su pueblo, 
“Y la parte del príncipe estará junto a lo que se apartó para el santuario, de uno y otro lado, y junto a la posesión de la ciudad, delante de lo que se apartó para el santuario, y delante de la posesión de la ciudad, desde el extremo occidental hasta el extremo oriental, y la longitud será desde el límite occidental hasta el límite oriental.” (Ezequiel 45:7)   

El pueblo le separará una ofrenda especial y a él se le confiará la entrega y distribución de los animales del sacrificio,
“Todo el pueblo de la tierra estará obligado a dar esta ofrenda para el príncipe de Israel. Mas al príncipe corresponderá el dar el holocausto y el sacrificio y la libación en las fiestas solemnes, en las lunas nuevas, en los días de reposo y en todas las fiestas de la casa de Israel; él dispondrá la expiación, la ofrenda, el holocausto y las ofrendas de paz, para hacer expiación por la casa de Israel.” (Ezequiel 45:16,17)   
 
Tendrá una posición de privilegio delante del pueblo; será él único que podrá sentarse, entrar o salir por la puerta oriental, 
“En cuanto al príncipe, por ser el príncipe, él se sentará allí para comer pan delante de Jehová; por el vestíbulo de la puerta entrará , y por ese mismo camino saldrá.” (Ezequiel 44:3)  

Esta puerta quedará restringida para el resto del pueblo, porque será por donde la gloria de Jehová (Shekinah) regresará al templo,
“Y me dijo Jehová: Esta puerta estará cerrada; no se abrirá, ni entrará por ella hombre, porque Jehová Dios de Israel entró por ella; estará, por tanto, cerrada…” (Ezequiel 44:2)

Recordemos que la gloria de Jehová (Shekinah) abandonó el templo en los días de Ezequiel a causa de la maldad de sus ministros, y no regresará hasta la inauguración del Santuario en la era milenial. Salió por la puerta oriental de la ciudad y se supone que asimismo regrese; por esta razón, la puerta oriental tiene tanto significado para el pueblo judío,     
“Entonces la gloria de Jehová se elevó de encima del umbral de la casa, y se puso sobre los querubines. Y alzando los querubines sus alas, se levantaron de la tierra delante de mis ojos; cuando ellos salieron, también las ruedas se alzaron al lado de ellos; y se pararon a la entrada de la puerta oriental de la casa de Jehová, y la gloria del Dios de Israel estaba por encima sobre ellos.” (Ezequiel 10:18,19)

El profeta Ezequiel tuvo el enorme privilegio de presenciar en visión profética el regreso de la gloria de Jehová a la ciudad y al templo, para la era del milenio, 
“Me llevó luego a la puerta, a la puerta que mira hacia el oriente; y he aquí la gloria del Dios de Israel, que venía del oriente; y su sonido era como el sonido de muchas aguas, y la tierra resplandecía a causa de su gloria. Y el aspecto de lo que vi era como una visión, como aquella visión que vi cuando vine para destruir la ciudad; y las visiones eran como la visión que vi junto al río Quebar; y me postré sobre mi rostro. Y la gloria de Jehová entró en la casa por la vía de la puerta que daba al oriente. Y me alzó el Espíritu y me llevó al atrio interior; y he aquí que la gloria de Jehová llenó la casa.” (Ezequiel 43:1-5) 

La fiesta de los Tabernáculos o fiestas de Sukkot será celebrada anualmente y todas las naciones de la tierra deberán viajar a Jerusalén para este magno evento que le recordará a cada persona su fragilidad y la necesidad de depender siempre de la mano poderosa de Dios. Será una semana de recogimiento y a la vez de celebración en la que cada persona levantará una enramada o tienda de campaña de hojas verdes donde vivirán durante esos días en medio de danzas, cánticos y música, en conmemoración y agradecimiento por la misericordia del Señor sobre cada uno de ellos,
“Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos.” (Zacarías 14:16) 


CONTINUARÁ …

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