Condenación de la gran ramera (Parte 1)
“Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación…” (Apocalipsis 17:1,2)
El capítulo diecisiete de Apocalipsis nos brinda una mirada cercana a la caída y condenación del sistema religioso-económico conocido como la gran ramera. Se nos dice que tiene su influencia en todas las partes del planeta, ha establecido convenios con todos los gobiernos de la tierra y la misma sociedad se ve inmersa en su monopolio a través de todos los medios; tanto en la banca, como en el comercio, en la educación, el entretenimiento, los medios de comunicación, la milicia y la ciencia entre otros.
Él término “ramera” se refiere primordialmente a una prostitución espiritual, donde se desvirtúa la integridad de la Palabra de Dios para añadir mandamientos de origen humano o quitar doctrinas medulares. En la mayor parte de los casos tiene que ver con agendas oscuras de personas avaras y amantes de los deleites de este mundo.
“Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.” (Apocalipsis 17:3-5)
El profeta Juan fue llevado al “desierto”, símbolo de un lugar carente de vida espiritual, donde reina la muerte y la condenación. Allí pudo observar una mujer sentada sobre la bestia escarlata. Ésta es la contraparte de la verdadera Iglesia, a la cual Dios llama una virgen pura y sin mancha. Cabalga sobre una bestia, cuyo color rojo intenso representa su carácter homicida, tanto en el contexto físico como espiritual. Esta bestia describe a Satanás y su agenda destructora,
“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan 8:44)
Fue quien intentó detener el nacimiento de Jesús, provocando toda clase de inconvenientes para destruirlo,
“... el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.” (Apocalipsis 12:4)
Esto nos indica que este sistema mundial que combina la religión con el comercio y la política nació en la mente de Satanás y lleva un plan engañoso, elaborado e impulsado por el misterio de la iniquidad o nuevo orden mundial,
“Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida…” (2 Tesalonicenses 2:7,8)
Es muy importante entender que quien detiene la total manifestación de esta agenda infernal es el Espíritu Santo, operando a través de la verdadera Iglesia hasta su arrebatamiento al cielo. El clamor del pueblo de Dios en el presente y su labor evangelística, impulsada por la unción del Espíritu de Dios, produce un vallado que no puede ser traspasado por las agendas del enemigo. Tenemos la enorme responsabilidad de asumir nuestra posición en el llamado que el Señor ha puesto en nosotros y ejercer nuestro ministerio con denuedo y poder de lo alto. No podemos sentarnos, adormecidos por los afanes de la vida, a maravillarnos por el cumplimiento de los tiempos sin hacer lo que debemos hacer. Jesús viene a buscar un pueblo fiel y militante hasta las ultimas consecuencias,
“Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas.” (Daniel 7:8)
“Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.” (Daniel 7:25)
CONTINUARÁ...
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