Monday, March 22, 2021


 CONDENACIÓN DE LA GRAN RAMERA (Parte 2) 

“Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.” (Apocalipsis 17:3-5) 


Hoy continuamos examinando los detalles que nos ofrece este interesante pasaje del Apocalipsis. Notamos que este sistema religioso-económico es representado por una mujer ramera, debido a que se impone por la seducción y aparente encanto mundanal y va cabalgando sobre una bestia escarlata que representa el carácter homicida y engañoso de Satanás. Este sistema es enemigo abierto de la verdad de Dios, profiriendo insultos y blasfemias contra la Majestad divina, acarreando para sí una mayor condenación.       


Nos describe que tiene siete cabezas. La interpretación se ofrece en los versículos 9-12,

“Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure, breve tiempo. La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición. Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia.” (v. 9-12) 


La respuesta es de doble referencia y requiere entendimiento espiritual para comprenderla: Son siete montes y siete reyes. Roma, literalmente es la única ciudad en el mundo construída sobre siete montes; esto nos ubica en la misma sede donde se origina este sistema apóstata. También habla de siete reyes, de los cuales cinco habían caído para el tiempo de Juan, uno estaba vigente y el otro está todavía en el futuro nuestro. De ahí surgirá un octavo imperio, el cual será producto de los siete anteriores y durará poco tiempo. 


Para entender esta visión, tenemos que remontarnos a la antigua Torre de Babel, donde se originó la primera gran apostasía de la humanidad, bajo el liderazgo de Nimrod,

“Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.” (Génesis 11:4) 


El nombre antiguo de la ciudad era Bab-el que significa ciudad de luz, pero después de esta rebelión se le llamó Babel, cuyo significado es ciudad de confusión,

“Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.” Génesis 11:9)  


Posteriormente se convirtieron en un imperio dominante, pero después de su caída, su nombre se sigue mencionando en las escrituras proféticas como símbolo de las personas que intentan abrirse paso en la vida por sus propios esfuerzos, sin tener en cuenta al supremo Creador. Es la religión centrada en el hombre; no en Dios. Visualizan al Señor como si tuviera que adaptarse a la mentalidad humana, aún a costa de su propia verdad. Por tal razón, este sistema religioso-comercial se llama Babilonia la Grande; será impulsado por el desmedido deseo de controlar la población mundial y acaparar los recursos del planeta. 


En la construcción de la Torre de Babel predominaba una actitud de autosuficiencia, orgullo, altivez, desobediencia, idolatría. Dios sabía que jamás llegarían al cielo con esa torre, pero castigó el comportamiento temerario de esa generación.     


En la interpretación histórica-dispensacional del mensaje a las siete iglesias de Asia Menor, la iglesia de Laodicea representa al sector eclesiástico que se desvía de la sana doctrina, para buscar poder económico y político,

“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” (Apocalipsis 3:15-17)  


El nombre de Laodicea significa: Donde la gente gobierna. Aquí no está hablando de la jerarquía católica solamente, sino de iglesias evangélicas, amantes de la fama, el dinero y el poder. Personas que buscan aumentar sus bienes, influencia social y estatus económico utilizando artimañas o aprovechándose de las circunstancias. Una de las maneras que tienen para lograr este objetivo es falsificando las Sagradas Escrituras, evitando el mensaje de compromiso, para alegrar los sentidos de las personas.  Sus templos se convierten más en clubes sociales que en lugar de oración y capacitación espiritual,

“Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.” (2 Corintios 2:17)  


“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” (2 Timoteo 4:3,4) 


“Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.” (2 Pedro 2:2,3) 


Más que una denominación religiosa, Laodicea es una mentalidad que puede engañar a cualquier iglesia que no cuide la pureza de la enseñanza de la Palabra de Dios. Por esta razón, el llamado profético es apartarse de esa corriente de pensamiento, para no correr su mismo destino,

“Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas...:” (Apocalipsis 18:4)   


Este tipo de iglesia pasará al período de la tribulación y se unirá a la gran ramera y formarán lo que la escritura llama: BABILONIA LA GRANDE LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.  


CONTINUARÁ …   


Thursday, March 11, 2021


 

Condenación de la gran ramera (Parte 1) “Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación…” (Apocalipsis 17:1,2) El capítulo diecisiete de Apocalipsis nos brinda una mirada cercana a la caída y condenación del sistema religioso-económico conocido como la gran ramera. Se nos dice que tiene su influencia en todas las partes del planeta, ha establecido convenios con todos los gobiernos de la tierra y la misma sociedad se ve inmersa en su monopolio a través de todos los medios; tanto en la banca, como en el comercio, en la educación, el entretenimiento, los medios de comunicación, la milicia y la ciencia entre otros. Él término “ramera” se refiere primordialmente a una prostitución espiritual, donde se desvirtúa la integridad de la Palabra de Dios para añadir mandamientos de origen humano o quitar doctrinas medulares. En la mayor parte de los casos tiene que ver con agendas oscuras de personas avaras y amantes de los deleites de este mundo. “Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.” (Apocalipsis 17:3-5) El profeta Juan fue llevado al “desierto”, símbolo de un lugar carente de vida espiritual, donde reina la muerte y la condenación. Allí pudo observar una mujer sentada sobre la bestia escarlata. Ésta es la contraparte de la verdadera Iglesia, a la cual Dios llama una virgen pura y sin mancha. Cabalga sobre una bestia, cuyo color rojo intenso representa su carácter homicida, tanto en el contexto físico como espiritual. Esta bestia describe a Satanás y su agenda destructora,

“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan 8:44)

Fue quien intentó detener el nacimiento de Jesús, provocando toda clase de inconvenientes para destruirlo,

“... el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.” (Apocalipsis 12:4)

Esto nos indica que este sistema mundial que combina la religión con el comercio y la política nació en la mente de Satanás y lleva un plan engañoso, elaborado e impulsado por el misterio de la iniquidad o nuevo orden mundial,

“Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida…” (2 Tesalonicenses 2:7,8)
Es muy importante entender que quien detiene la total manifestación de esta agenda infernal es el Espíritu Santo, operando a través de la verdadera Iglesia hasta su arrebatamiento al cielo. El clamor del pueblo de Dios en el presente y su labor evangelística, impulsada por la unción del Espíritu de Dios, produce un vallado que no puede ser traspasado por las agendas del enemigo. Tenemos la enorme responsabilidad de asumir nuestra posición en el llamado que el Señor ha puesto en nosotros y ejercer nuestro ministerio con denuedo y poder de lo alto. No podemos sentarnos, adormecidos por los afanes de la vida, a maravillarnos por el cumplimiento de los tiempos sin hacer lo que debemos hacer. Jesús viene a buscar un pueblo fiel y militante hasta las ultimas consecuencias,

“Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.” (Apocalipsis 17:14) Nos dice la escritura profética que esta bestia escarlata está llena de insultos contra Dios, es un enemigo abierto que promueve el engaño y la confusión. Esto hace referencia a la actitud del anticristo, según vaya desarrollando su gobierno en el período de la tribulación,
“Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas.” (Daniel 7:8)
“Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.” (Daniel 7:25)

CONTINUARÁ...


Wednesday, March 3, 2021

CONTEO REGRESIVO HACIA ARMAGEDON


 La Sexta Copa

“El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente. Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. He aquí yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza. Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.” (Apocalipsis 16:12-16)


Este juicio provocará que las caudalosas aguas del río Eufrates se sequen para allanar el camino a los reyes del oriente. Esto será una señal impresionante ya que este río tiene una anchura de más de 1,100 metros en gran parte de su recorrido y una profundidad sobre los nueve metros, a lo largo de las planicies. Estos reyes reunirán una coalición de naciones que se sitúan desde el río Eufrates hacia el Lejano Oriente. Algunos de estos pueblos son: Irán, Pakistán, India, Corea, Japón y China, entre otros. 


El capítulo trece de Apocalipsis nos enseña que tanto el anticristo, como el falso profeta irán ganando credibilidad entre los moradores de la tierra mediante señales y milagros engañosos. Aquí podemos identificar la fuerza espiritual engañosa, con su demagogia y falsos argumentos, que movilizará las naciones hacia la batalla de Armagedón,

“Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.” (Apocalipsis 16:13,14)


Las ranas simbolizan la inmundicia y complacencia en los deleites pecaminosos de este mundo; éstas son las verdaderas motivaciones que conducen a las naciones a la batalla final.


La mentalidad libertina del mundo caído representa para Dios desnudez espiritual, y se hace un paréntesis en el texto para advertirnos que la venida del Señor será repentina; nuestro deber es cuidar nuestras vestiduras espirituales para ser hallados dignos delante de Dios,

"He aquí yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza." (Apocalipsis 16:15)


“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.” (Lucas 21:34-36)


Es una advertencia que se extiende para todos, tanto para la Iglesia en el tiempo presente, como a las personas que se convertirán durante el periodo de la tribulación y al remanente judío que se vuelve a Dios en dicho tiempo,      

“Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.” (Marcos 13:37)


La profecía de Daniel nos indica que este enfrentamiento con los reyes del oriente provocará mucho temor en el anticristo y lo forzará a dejar su persecución contra el pueblo judío, para atender esta guerra, 

“Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos.” (Daniel 11:44)  


Se menciona que ambos ejércitos avanzarán para encontrarse en el valle de la decisión (Meguido), al norte de Israel, en cumplimiento de la profecía de Zacarías,

“Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla.” (Zacarías 14:2,3)


“Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión. El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel.”  (Joel 3:14-16)


Es muy importante recordar que esta batalla en el valle de Meguido será el resultado de la fracasada invasión de la Confederación del Norte, liderada por Rusia y sus aliados, a la mitad del período de la tribulación. Los reyes del oriente se moverán hacia el valle de Meguido, para litigar contra los ejércitos del gobierno de la bestia por el fracaso de la conspiración del falso pacto con Israel,

"... a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda..." (Daniel 9:27)            


La Séptima Copa

“El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira. Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados. Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; por que su plaga fue sobremanera grande.” (Apocalipsis 16:17-21)


Este juicio será enviado a través del aire; irá acompañado de la voz de Dios, desde el templo celestial; anunciará la consumación de los juicios divinos sobre el trono de la bestia y la inminente venida del Hijo de Dios para tomar el control de los reinos del mundo. La aparición de relámpagos, voces y truenos trae consigo el mensaje de que algo trascendental está por ocurrir; son símbolos de la ira de Dios sobre una generación temeraria.        


Tendrá lugar el terremoto más grande que las personas hayan conocido; será de tal magnitud que hará que desaparezcan las islas, los montes sean removidos de su lugar y la gran ciudad, Jerusalén, sea dividida en tres partes. Todos los terremotos de la historia, incluyendo los mencionados en el sexto sello (6:12) y en la resurrección de los dos testigos (11:13) se quedarán cortos ante la intensidad de este terremoto que acontecerá con el derramamiento de la séptima copa de juicio. Será tan grande que transformará parte de la topografía de la tierra, principalmente en la ciudad de Jerusalén y las áreas circunvecinas.


En este pasaje, la gran ciudad se refiere a Jerusalén, ya que en sus proximidades fue crucificado el Señor, como se hace referencia en el capítulo once,       

“... la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado.” (Apocalipsis 11:8)


Probablemente este sea el terremoto predicho en las profecías del libro de Zacarías,

“Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos.” (Zacarías 14:4,5)


La nivelación del terreno que rodea la ciudad y la ampliación de la misma serán indispensables para el acondicionamiento del lugar, de manera que se pueda efectuar el juicio de las naciones, en la segunda venida de Jesús,


“... reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra…  Despiértense las naciones, y suban al valle de Josafat; porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor.” (Joel 3:2,12)      


“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos...” (Mateo 25:31,32) 


Se anuncia el derrumbe de las grandes ciudades del mundo con sus respectivas economías, todas dependientes de la maquinaria comercial de la gran Babilonia. Esto hace que la misma quede sin soporte y tenga que enfrentar directamente el justo juicio de Dios,

“... y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira.” (Apocalipsis 16:19) 


A esto se añade una lluvia de granizo como nunca se ha visto en la historia, pedazos de hielo que alcanzarán el peso de un talento, equivalente a unas 75 libras cada uno; ciertamente esto causará gran mortandad y destrucción. Podemos notar en el texto, que la obstinación de esa generación sera tanta, que preferirán morder sus lenguas de dolor antes de pedirle perdón a Dios y volverse a Él. Obviamente esto es parte del efecto de la mente reprobada que ya no recibe la influencia del Espiritu Santo.


En la próxima publicación estaremos viendo con mas detalles, el origen y la estructura de la Gran Babilonia.


CONTINUARÁ...