“Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.” (Apocalipsis 12:1,2)
En este capítulo se abre un paréntesis en la secuencia de los eventos, y de manera resumida y retrospectiva, se presenta la causa principal del ataque de Satanás contra el pueblo escogido, con el cual Dios estará realizando su plan en ese tiempo.
El capítulo anterior terminó mostrándonos la entrada de la plenitud de los gentiles (Romanos 11:25) y el arca del pacto que se dejó ver desde el cielo, lo cual nos lleva a la revelación del trato divino con la nación recipiente de la verdad divina, Israel. Se le representa vestida del sol, simbolizando el nacimiento de su salvación a través del Nuevo Pacto en Cristo,
“Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.” (Isaías 60:2)
La luna debajo de sus pies nos habla de los antiguos rituales de la ley mosaica bajo los cuales vivió en su juventud como nación, pero eran solo sombra de las verdades eternas de Cristo. Así como la luna no produce luz propia, sino que refleja la luz que recibe del sol, la ley mosaica era un reflejo de los bienes que había de traer nuestro Señor Jesucristo por medio de su sacrificio expiatorio,
“Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.” (Hebreos 10:1)
Sobre su cabeza una corona de doce estrellas; el doce es un número jurídico, tiene que ver con la administración de la justicia divina en la tierra; representa el gobierno terrenal de Jesucristo, del cual Israel forma el centro y la esfera inmediata. Israel estaba segmentada en doce tribus, prefigurando el reinado eterno de Dios sobre el mundo. La iglesia también reinará con Cristo, pero será desde una perspectiva celestial.
Se nos dice que estaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento porque estaba por dar a luz al “Hijo varón que regirá con vara de hierro a las naciones”. No debe ser muy difícil reconocer la identidad de este hijo varón, por las siguientes descripciones:
1. Satanás intentó impedir su nacimiento,
“... Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.” (Apocalipsis 12:4)
Sabemos que cuando los magos del oriente llegaron a Jerusalén preguntando sobre el nacimiento del rey de los judíos, ya que habían visto la señal de la estrella en el oriente y la siguieron para adorarle, el rey Herodes se turbó, al igual que toda Jerusalén. Luego convocó a los principales sacerdotes y escribas para averiguar más detalladamente sobre las profecías concernientes al nacimiento de Cristo, luego indagó de los magos el tiempo de la aparición de la estrella y de acuerdo a sus cálculos infirió que no debía tener más de dos años de edad, por lo que preparó un plan para que los magos encontraran el lugar exacto donde se encontraba, con la excusa de que él también quería adorarlo. El objetivo era matar a Jesús, por considerarlo una amenaza para su dinastía. Sin embargo, después que los magos encontraron al niño Jesús y le ofrecieron sus presentes, Dios les ordenó por revelación en sueño que regresaran por otro lado. Esto llenó de gran ira al rey Herodes y de acuerdo a sus cálculos mandó a matar a todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores. Dios había hecho provisión para su Hijo mediante su ángel, quien le mostró en sueños a José que tomara al niño y huyera a la tierra de Egipto, lugar donde permaneció hasta la muerte de Herodes. (Mateo capítulo 2)
2. Se aclara que este hijo varón es el escogido de Dios para regir las naciones con vara de hierro,
“Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija de alfarero los desmenuzarás.” (Salmo 2:7-9)
“De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.” (Apocalipsis 19:15)
3. El hijo varón fue arrebatado para Dios y para su trono- Después de haber consumado su misión redentora en la tierra, nuestro Señor Jesucristo se levantó de entre los muertos y estuvo durante cuarenta días dando las instrucciones finales a sus discípulos, para luego ser levantado a la vista de ellos,
“Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿porqué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”(Hechos 1:9-11)
Evidentemente, estos tres detalles con que se describe al hijo varón señalan hacia una sola persona: Jesucristo, el Hijo del Dios viviente. A nadie más se le pueden aplicar estas declaraciones.
4. También se presenta a Satanás bajo la figura de un gran dragón escarlata,
“También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra...” (Apocalipsis 12:3,4)
El gran dragón escarlata es el autor e instigador de los ataques contra el pueblo de Dios. En este pasaje se usa por primera vez el símbolo del dragón para describir a Satanás. Dentro de la historia nacional de Israel se utilizó este nombre mitológico para algunas personas que atacaron con crueldad y violencia al pueblo de Dios, como por ejemplo a Faraón, rey de Egipto a quien Dios llamó “el gran dragón que yace en medio de sus ríos”, por su crueldad, arrogancia y orgullosa pretensión de ser independiente a Dios,
“Habla, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, Faraón rey de Egipto, el gran dragón que yace en medio de sus ríos, el cual dijo: Mío es el Nilo, pues yo lo hice.” (Ezequiel 29:3)
En la figura del dragón escarlata se describe a Satanás como el adversario homicida, sanguinario y cruel; enemigo de la causa de Dios. En su rebelión, arrastró consigo la tercera parte de los ángeles de Dios, persuadiéndoles para rebelarse contra el soberano Creador. Las siete cabezas y diez cuernos nos indican que es la mente maestra en la elaboración del misterio de la iniquidad o nuevo orden mundial. Notemos que es la misma descripción que se da al imperio de la bestia,
“Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo… y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?” (Apocalipsis 13:1,4)
Luego se indica que la mujer tuvo que huir al desierto donde es sustentada por mil doscientos sesenta días (Apocalipsis 12:6). Esta es una profecia de doble referencia, ya que señala la huída que tuvieron que hacer José y María hacia Egipto para salvar al niño Jesús del edicto de muerte que habia ordenado Herodes,
“Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.” (Mateo 2:13-15)
Sin embargo, tambien hace referencia a los israelitas que se vuelvan a Dios en la segunda mitad de la septuagésima semana, tendrán que huir de la ira del anticristo hacia el desierto, pero en dirección a Cisjordania,
“... se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.” (Apocalipsis 12:14)
Es curioso notar que el tiempo que María estuvo en Egipto hasta la muerte de Herodes fueron 1,260 días o tres años y medio, el mismo tiempo que el remanente creyente de Israel tendrá que refugiarse en el desierto a causa de la abominación desoladora.
CONTINUARÁ ...
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