EL PERÍODO DE LA TRIBULACIÓN (Parte 11) El sonido de la séptima trompeta
“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.” (Apocalipsis 11:15)
El anuncio del séptimo ángel tiene lugar después de la resurrección de los dos testigos, su traslado al cielo y el gran terremoto que destruirá la décima parte de la ciudad de Jerusalén.
Esta séptima trompeta hace posible la aplicación de los juicios relacionados con el tercer ay; anuncia el inminente regreso triunfal de nuestro Señor Jesucristo para destruir los poderes de las fuerzas del anticristo y tomar el dominio total de los reinos de la tierra. Comenzará el derrumbe de las potencias gentiles que, en su avaricia, llevarán a la raza humana al borde del exterminio,
“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.” (Daniel 2:44,45)
No debemos confundir esta séptima trompeta con la “final trompeta” que anunciará el levantamiento y traslación de la Iglesia:
“He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.”(1 Corintios 15:51,52)
Las trompetas que anuncian el arrebatamiento de la iglesia son anuncios espirituales que se dan en las esferas celestiales, no serán perceptibles al oído humano, sin embargo, se podrán ver sus efectos por los acontecimientos. Están prefiguradas en las trompetas de plata que utilizaban los israelitas en su peregrinaje a través del desierto,
“Jehová habló a Moisés, diciendo: Hazte dos trompetas de plata; de obra de martillo las harás, las cuales te servirán para convocar la congregación, y para hacer mover los campamentos...” (Números 10:1-10)
La primera de esas trompetas era para convocar la congregación, a los príncipes y jefes de millares, esto simboliza el llamado a la unidad, al compromiso y a la organización en el trabajo que debemos tener como pueblo de Dios para cumplir con la gran comisión, antes del arrebatamiento.
La trompeta final es la segunda, para mover los campamentos hacia otro lugar; ésta representa el traslado de la Iglesia al cielo.
En cambio, la séptima trompeta es de carácter militar y anuncia que Dios se levanta de su santo lugar para castigar al morador de la tierra, por su maldad contra él,
“Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os molestare, tocaréis alarma con las trompetas; y seréis recordados por Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos.” (Números 10:9)
“Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.” (Isaías 26:21)
Después del anuncio de la séptima trompeta, sigue la adoración de la Iglesia, representada en los veinticuatro ancianos. En esta adoración se percibe el respiro de satisfacción por parte del pueblo de Dios de que por fin está llegando el momento de justicia para la causa divina. Será el tiempo donde el Mesías Jesucristo destruirá a los que destruyen la tierra, tomará las riendas de los gobiernos del mundo y dará el galardón a los siervos de Dios, de la nación de Israel. Recordemos que los galardones de la Iglesia habrán sido otorgados siete años antes, después del arrebatamiento, en el juicio del Bimah,
“Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.” (Apocalipsis 11:16-18)
Como señal de aprobación, se abre el templo de Dios en el cielo proclamando la grandeza del Señor y el arca del pacto se deja ver recordándonos su fidelidad. Se dejan ver relámpagos, voces, truenos, un terremoto y granizo dejando entender que todavía quedan algunas cuentas por ajustar en los próximos juicios,
“Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.” (Apocalipsis 11:19)
Recordemos que cuando hablamos de Iglesia, no nos referimos a denominaciones religiosas, sino a un cuerpo de discípulos del Señor Jesucristo, a nivel global, que aman a Dios con todo su corazón, procuran caminar en obediencia a su palabra y le sirven sin importar estatus económico, posición social, raza o nacionalidad. Son gente probada, que no buscan fama, ni fortuna, ni el favor del mundo, sino que el nombre de Jesús sea exaltado y las personas puedan conocer el verdadero camino de la salvación.
En nuestra próxima publicación veremos la figura de la mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies. Analizaremos la gran lucha espiritual que se ha dado y sigue teniendo lugar, detrás de todos los acontecimientos que tienen que ver con el avance de la obra de Dios sobre la humanidad.
CONTINUARÁ…
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