EL PERÍODO DE LA TRIBULACIÓN (Parte 9)
Solemne paréntesis que da paso a la consumación del plan de Dios
“Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego. Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra; y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces. Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas. Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo, y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más, sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas. ” (Apocalipsis 10:1-7)
En la simbología bíblica las nubes representan el fluir de la verdad divina por todo el mundo; el arco iris simboliza la fidelidad de Dios y la inmutabilidad de su consejo; el rostro del ángel como el sol, nos habla de un ser lleno de la vida y sabiduría del Creador; los pies como columnas de fuego deja ver que es parte importante del plan purificador del Señor. Se nota que el anuncio del ángel fuerte no le fue permitido a Juan escribirlo, aunque era de carácter universal, ya que tenía su pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra. Probablemente se hizo así, porque en el siguiente anuncio se incluyó lo que no se escribió en el primero: El tiempo ha llegado para la consumación del plan restaurador del Señor y el advenimiento del Mesías Jesucristo.
Este anuncio es algo muy agradable para los que amamos la justicia y verdad de Dios, sin embargo requerirá de la última secuencia de juicios que infligirán el sufrimiento necesario para hacer volver a la nación de Israel al Señor. Por esta razón el librito que el ángel le da a comer al apóstol le fue dulce al paladar, pero le amargó en el vientre,
“La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra. Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel. Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre. Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.” (Apocalipsis 10:8-11)
Se mide la vida espiritual de los que adoran en el templo
“Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses.” (Apocalipsis 11:1,2)
Se le da a Juan una caña de medir para que tome las medidas espirituales del templo y a los que adoran en él. El Señor reconoce como templo verdadero, al lugar y a las personas que le invocan con corazón sincero; en cambio, lo que no es así, Dios lo mira como el “patio del templo”. Se anuncia el juicio divino contra la hipocresía de los que se llaman pueblo de Dios, pero no son sino farsantes. Las situaciones desesperantes muchas veces mueven a las personas a quitarse la máscara de religiosidad y sincerarse con el Señor. Los verdaderos adoradores serán preservados de la ira satánica durante ese tiempo en lugares de refugio en el desierto,
“Y se le dieron a la mujer (Israel) las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo. Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río. Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca.” (Apocalipsis 12:14-16)
El sector de la nación que se volverá a Dios será perseguido, por lo cual huirán y tendrán lugar preparado por Dios en las montañas de Cisjordania. Las fuerzas militares del anticristo no llegarán hasta allá, porque escucharán de la movilización de los reyes del oriente para enfrentarlos en el valle de Meguido y esto los atemorizará y cambiarán sus esfuerzos para defenderse,
“Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos.” (Daniel 11:44)
Podemos tener idea de las ciudades de refugio que Israel tendrá durante ese tiempo, examinando la profecía de Daniel. Se menciona a Edom, Moab y la mayoría de los hijos de Amón, que corresponden a toda la franja montañosa de Cisjordania, incluyendo Petra,
“Entrará a la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón.” (Daniel 11:41)
Hay que notar que en este punto está llegando a su fin el tiempo de los gentiles. Este ha sido el período de tiempo donde Jerusalén ha estado bajo el dominio de la autoridad de otras naciones. Comenzó con el cautiverio babilónico (587 a.c.) ha continuado hasta nuestros días y se extenderá durante todo el período de la tribulación, época donde las potencias gentiles serán juzgadas y destruidas por “la piedra cortada, no con mano”, sino por la acción sobrenatural de Dios,
“Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra…
… y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro.” (Daniel 2:34,35,44,45)
Jesucristo regresa pronto, prepárate para su encuentro,
CONTINUARÁ...