El Presidente Donald Trump ha vuelto a visitar Arabia Saudita. Para muchos, solo un acto político. Para los que escudriñan las Escrituras, es una preparación estratégica para impulsar la unidad del mundo árabe-musulmán bajo el liderazgo del Reino Saudita.
El profeta Daniel recibió la revelación de un rey del sur que hará guerra contra el gobierno del Anticristo en los días finales, a causa del fracaso del falso pacto de paz con Israel, el cual procurará su destrucción.
“Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará.” (Daniel 11:40)
Aunque parte de esta profecía se refiere a acontecimientos históricos —las guerras entre los imperios seléucida y ptolemaico—, a partir del versículo 35 el enfoque se torna escatológico, proyectando su cumplimiento hacia los tiempos del fin:
“También algunos de los sabios caerán para ser depurados, limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado; porque aún para esto hay plazo.” (Daniel 11:35)
El antiguo Imperio Ptolemaico ya no existe. Egipto carece hoy de la capacidad y la influencia necesarias para ser un agente conciliador en Medio Oriente. Pero ¿quién, sino Arabia Saudita —el gigante del sur, con peso religioso, económico y geopolítico— podría encajar en esta descripción?
No es coincidencia que se esté reactivando la idea del Pacto Abrámico, ni que las conversaciones entre Israel y las naciones árabes estén tomando fuerza. El Salmo 83 nos advierte de un pacto engañoso, una aparente alianza de paz que esconde intenciones perversas. Una coalición que, bajo la bandera de la diplomacia, prepara el terreno para una gran confrontación.
¿Estamos viendo cómo se tejen los hilos de este pacto ante nuestros ojos?
¿Se está alineando el escenario global para la manifestación del falso mesías que Jesús mencionó en Mateo 24?
No es tiempo de indiferencia, sino de discernimiento.
No es momento de dormir, sino de velar.
La historia se está escribiendo… y las profecías se están cumpliendo.
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