Saturday, February 19, 2022


LA SEGUNDA VENIDA DE JESÚS Y LA DESTRUCCIÓN FINAL DEL ANTICRISTO (Parte 2)

El versículo once del capítulo diecinueve de Apocalipsis abre con la aparición del Hijo de Dios llegando con su pueblo sobre las nubes del cielo con poder y gloria, 
“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.” (Apocalipsis 19:11-14) 

Su venida será vista por toda la humanidad sobreviviente en la Tierra, 
“... He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él.” (Apocalipsis 1:7)  

“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.” (Lucas 21:25-27)

Como vimos en la pasada publicación, el anticristo y los ejércitos de las naciones que estarán combatiendo en Armagedón harán una tregua para enfrentar a Jesús en su venida, 
“... y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana.” (Daniel 8:25)

“Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; mas llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude.” (Daniel 11:45) 

Las escrituras proféticas describen la manera en que el anticristo, el falso profeta y los ejércitos de las naciones quedarán fulminados ante el comando de la palabra que saldrá de la boca de Jesús,
“... inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida… (2 Tesalonicenses 2:8) 

“Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca.” (Zacarías 14:12)

“De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.” (Apocalipsis 19:15,16)

Este será el cumplimiento de antiguas profecías que anuncian la destrucción de los reinos del mundo para dar paso al reino eterno de Dios. Serán impactados y disueltos para dejar atrás todos los abusos, atropellos e injusticias que han cometido a través de la historia,
“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre…” (Daniel 2:44) 

“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.” (Daniel 7:13,14)      

El falso profeta y el anticristo serán atrapados vivos y lanzados a la profundidad del lago de fuego que arde con azufre; serán atormentados día y noche por la eternidad. Este será el final de estos infames personajes,
“Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.” (Apocalipsis 19:20)

“... le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.” (Daniel 7:26,27)    

El lago de fuego que arde con azufre (heb.Hinom; gr.Gehenna) es la morada final de los condenados, todavía nadie ha ido a ese lugar. En el presente, los que mueren en condenación descienden al infierno (gr. Hades) el cual es un lugar de espera hasta el juicio final, como veremos más adelante. El anticristo y el falso profeta tendrán la fatídica distinción de estrenar ese lugar de tormento.   

Las demás personas que se prestarán para la rebelión contra Jesús serán muertas y sus almas descenderán al Hades a esperar por el juicio final ante el gran trono blanco, 
“Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.” (Apocalipsis 19:21)

El justo juicio de Dios caerá de manera tan explosiva sobre sus enemigos, que el Valle de Meguido se convertirá como un gran lagar donde se pisan las uvas para extraer su jugo y se formará un río de sangre de aproximadamente seis pies de profundidad y cubrirá un área de aproximadamente 300 km, 
“De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.” (Apocalipsis 19:15)  

“Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios.” (Apocalipsis 14:20)  

Por otro lado, el capítulo veinte nos describe la captura y encierro de Satanás y sus ángeles caídos. Se menciona al ángel de Dios que tiene el poder y la autoridad de abrir y cerrar el abismo, 
“Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.” (Apocalipsis 20:1-3)

El abismo es un lugar muy temido por los demonios, recordemos los ruegos que le hicieron a Jesus los espíritus inmundos que poseían al hombre gadareno,
“Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él. Y le rogaban que no los mandase ir al abismo.” (Lucas 8:30,31)  

Son prisiones de oscuridad y extrema maldad donde ya habitan demonios específicos que poseen tanta fuerza, que Dios decidió encerrarlos ahí desde tiempos antiguos,
“Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día…” (Judas 1:6)

Dicen las Sagradas Escrituras que tienen por líder a Apolión, que significa: El destructor. La humanidad de ese tiempo probará levemente el impacto de la furia y la fuerza de estos entes,
“... su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.” (Apocalipsis 9:5,6)  

El encierro de Satanás y los demonios tendrá una duración de mil años, después de lo cual saldrá con gran furia hacía una rebelión final que lo llevará a la total destrucción en el lago de fuego que arde con azufre. Esto lo veremos con más detalles en próximas publicaciones. 

Queridos amigos, procuremos estar preparados cada día, sirviendo al Señor en espíritu y en verdad. Nuestra realidad puede cambiar en cualquier momento, ya sea por el arrebatamiento de la Iglesia o por la muerte física. Los placeres de esta vida son pasajeros y nos pueden conducir por el camino equivocado si no evaluamos nuestros pasos continuamente,
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:15-17)

Continuará…

Tuesday, February 8, 2022


LA SEGUNDA VENIDA DE JESÚS Y LA DESTRUCCIÓN FINAL DEL ANTICRISTO (Parte 1)

El capítulo diecinueve de Apocalipsis comienza describiendo una gran multitud en el cielo, donde se puede ver a los cuatro seres vivientes dirigiendo la adoración de todas las huestes angelicales del Señor y a los veinticuatro ancianos encabezando las alabanzas de los miembros de la verdadera Iglesia en su estado de glorificación. Se les ve adorando a Dios y celebrando sus justos juicios sobre la gran ramera y una humanidad impenitente,

“Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella...”  (‭‭Apocalipsis‬ ‭19:1-2‬)

“Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes…”  (‭‭Apocalipsis‬ ‭19:4-5‬)

Luego tendrá lugar la presentación de la Iglesia; ya no se le llamará la desposada, sino la esposa, porque las bodas ya se habrán efectuado. Esto lo podemos notar en los capítulos cuatro y cinco de Apocalipsis. Recordemos que los dos eventos más significativos que tendrán lugar cuando la Iglesia sea trasladada a las esferas celestiales son: El Juicio para recompensas de los creyentes (Bimah) y las bodas del Cordero o la unión espiritual de Jesús con su Iglesia para siempre,

“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.” (‭‭Apocalipsis‬ ‭19:7,8)

En este punto de la historia la unión entre Jesús y su Iglesia ya se habrá efectuado. En el contexto hebreo, la expresión “porque han llegado las bodas del Cordero” indica una acción ya completada. Después del capítulo cinco de Apocalipsis podemos notar a la Iglesia maravillándose y celebrando con el Señor y sus ángeles, la manifestación del poder de Dios sobre las fuerzas del enemigo. 

Este será el momento donde Jesús se aprestará para su regreso triunfal. No vendrá sólo, regresará con su Iglesia triunfante y los santos ángeles, a quienes la profecía llama los ejércitos celestiales,

“Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.” (Apocalipsis 19:14) 

La vestimenta de lino fino, blanco y resplandeciente son investiduras de gala para una gran celebración, además denotan dignidad, poder y autoridad. En el sentido espiritual representan la vida de integridad, pureza y santidad que Dios espera de cada creyente, 

“... y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos.” (‭‭Zacarías‬ ‭14:5‬) 

Luego tiene lugar un anuncio muy importante para el remanente piadoso del pueblo judío que estará pasando por el período de la tribulación, los que rehusarán unirse al gobierno del anticristo,

“Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.” (Apocalipsis 19:9)  

La maquinaria gubernamental del anticristo perseguirá cruelmente a los que no reciban la marca de control poblacional (666) y de manera primordial centrará su ataque contra el pueblo escogido. Jesús dejó una señal para los que quieran escapar en ese tiempo; cuando oigan de la profanación del templo, no deben volver a sus casas a buscar nada, sino huir a los lugares de refugio que Él tendrá preparado para su preservación,

“Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa.” (Mateo 24:15-18) 

Desde la ruptura del pacto a la mitad del período en adelante habrá una emigración de muchos judíos hacía las montañas rocosas de Cisjordania, pero una vez escuchen de la abominación desoladora, los que falten tendrán que huir apresuradamente. Desde allá harán un gran clamor angustioso por la venida del verdadero Mesías, 

“Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo.” (Apocalipsis 12:14)   

“Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.” (Zacarías 12:10)

“Y le preguntarán: ¿Qué heridas son estas en tus manos? Y él responderá: Con ellas fui herido en casa de mis amigos.” (Zacarías 13:6) 

La parábola de las diez vírgenes hace alusión a ese tiempo, cuando el pueblo judío se polarize ante la persecución del anticristo. Las vírgenes insensatas se rendirán ante el gobierno de la bestia y recibirán la marca que los condenará eternamente; en cambio, las vírgenes prudentes decidirán huir hacia los montes y clamar por la intervención divina,

“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.” (Mateo 25:1,2) 

Toda la nación estará consciente de la venida del Mesías, pero una parte  preferirá tomar el camino menos doloroso que los conducirá a la perdición. Se supone que toda la nación hebrea sea semejante a las damas de acompañamiento de la esposa, las cuales escoltarán a Jesús y su pueblo hacia la celebración de las fiestas de las bodas del Cordero que tendrán lugar en la Tierra. Por eso el grito de la medianoche anuncia que el Señor viene desde los cielos, no como el novio que llega a buscar a su novia, sino como el esposo que regresa casado con su Iglesia,  

“Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!” (Mateo 25:6)  

Existe la creencia de que todo Israel debe ser salvo, por las enseñanzas del apóstol Pablo en la carta a los Romanos,

“... ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo…” (‭‭Romanos‬ ‭11:25-26‬)

Sin embargo la palabra también nos enseña que los verdaderos Israelitas, para efectos de Dios, son los que abrazan la promesa de la salvación en Cristo, 

“... no todos los que descienden de Israel son israelitas… No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes…” (Romanos 9:6,8) 

Bajo el Antiguo Testamento, todos los gentiles que deseaban conocer a Dios tenían que hacerse parte del pueblo de Israel, en cambio, bajo el Nuevo Pacto, tanto los judíos como los gentiles que anhelan la salvación del Señor, tienen que aceptar el sacrificio de Jesús y recibirle como el Señor de sus vidas. De manera que la salvación ya no se circunscribe a un pueblo o una raza, sino que es un llamado universal de Dios para todo el que pueda creer,

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios." (Juan 3:16-18) 

"Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa." (Gálatas 3:28,29) 

Entendiendo esta realidad, es obvio que un israelita no se salvará por nacionalidad, sino por recibir a Jesucristo como el Mesías y Salvador. Eso es precisamente lo que el remanente piadoso de Israel hará cuando en medio de su clamor puedan recibir la revelación del Señor,

" ... y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.” (Zacarias 12:10) 

Esto no descarta que Dios ha estado presente en medio de su pueblo, al igual que su ayuda y provisión a través de la historia, conforme a las promesas y los pactos que concertó con los patriarcas de la nación. Recordemos que las Sagradas Escrituras se refieren a Israel como "el pueblo escogido" por ser recipiente original de las verdades divinas; en cambio, cuando se refiere a la Iglesia, la llama linaje escogido, nación santa, pueblo adquirido por Dios para que anunciemos sus virtudes y el camino de la salvación a todas las naciones. Hay un plan diferente para cada uno, pero arraigados al mismo tronco. 

Continuará...