Tuesday, September 15, 2020

EL PERÍODO DE LA TRIBULACIÓN (Parte 6)

EL PERÍODO DE LA TRIBULACIÓN (Parte 6)   

Los Juicios de las trompetas: “Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas...” (Apocalipsis 8:6-11:19)

En la historia de Israel se registra el uso de trompetas para diferentes propósitos: 

  1. Para convocar a los líderes y disponer la movilización de los campamentos. El apóstol Pablo utilizó está analogía para los tiempos del arrebatamiento de la Iglesia. Se tocarán dos trompetas o anuncios en el mundo espiritual, que no serán percibidos por el oído humano. La primera nos llama a la unidad y al trabajo como pueblo de Dios y la segunda anuncia el levantamiento de la Iglesia hacía el cielo,  “Jehová habló a Moisés, diciendo: Hazte dos trompetas de plata; de obra de martillo las harás, las cuales te servirán para convocar la congregación, y para hacer mover los campamentos. Y cuando las tocaren, toda la congregación se reunirá ante ti a la puerta del tabernáculo de reunión. Mas cuando tocaren sólo una, entonces se congregarán ante ti los príncipes, los jefes de los millares de Israel. Y cuando tocareis alarma, entonces moverán los campamentos de los que están acampados al oriente. Y cuando tocareis alarma la segunda vez, entonces moverán los campamentos de los que están acampados al sur; alarma tocarán para sus partidas.” (Números 10:1-6)
  2. Para los días de alegría, en las solemnidades y en los sacrificios a principio de cada mes, para memoria delante de Dios, “Y en el día de vuestra alegría, y en  vuestras solemnidades, y en los principios de vuestros meses, tocaréis las trompetas sobre vuestros holocaustos, y sobre los sacrificios de paz, y os serán por memoria delante de vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios.” (Números 10:10)
  3. Para incitar a las huestes del Señor a la guerra contra sus enemigos. Conforme al contexto de este pasaje, este parece ser el propósito por el cual se tocarán las siete trompetas del juicio. Se anuncia que Dios mismo estará peleando contra la insolencia de la humanidad impenitente, “Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os molestare, tocaréis alarma con las trompetas; y seréis recordados por Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos.” (Números 10:9) 

Los ángeles tocarán las trompetas desde el cielo contra una generación que habrá llegado a ser semejante en actitud a las personas que vivieron en los días de Noé,  o a los moradores de Sodoma en su obstinación pecaminosa o como cuando Josué y el pueblo de Israel tocaron las trompetas contra Jericó, cuyos habitantes seguían resistiendo, aunque sabían que estaban perdidos, “Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.” (Lucas 17:26-30) 

Primera Trompeta: “El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde.” (Apocalipsis 8:7)

El sonido de esta primera trompeta desata una lluvia de granizo y fuego mezclado con sangre sin precedentes en la historia, al punto que afecta malamente la tercera parte de la vegetación de la tierra. El fuego caerá en forma de relámpagos, el granizo destruirá la vegetación y la sangre que se describe seguramente será resultado de la inmensa cantidad de muertos en estos acontecimientos, tanto de animales como de humanos.

Vimos que en los juicios del cuarto sello murió la cuarta parte de la población del planeta con espada, hambre, mortandad y con las fieras, (Apocalipsis 6:8), en este juicio de la primera trompeta muere la tercera parte de la vegetación, lo cual también repercute en más personas muriendo por la falta de alimentos, la reducción del oxígeno y el aumento en la temperatura ambiental. Aquí se ve el efecto progresivo de la tribulación. 

En las profecías de Joel se había anticipado estos eventos, cerca de 800 años antes de Cristo, “Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso del Señor.” (Joel 2:30,31)

Segunda Trompeta: “El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida.” (Apocalipsis 8:8,9)

Es muy probable que este juicio se refiera a la caída  de un meteorito sobre el mar. Esto causará grandes estragos en la vida marina, otra fuente de alimento para los seres humanos. Los científicos en nuestros tiempos han confirmado la posibilidad de un desastre como este, en no mucho tiempo; esto traería unas consecuencias catastróficas en todo el planeta. Se calcula que un meteorito del tamaño de una bola de baloncesto puede tener un impacto equivalente a 500 bombas atómicas, ¡imagínese uno del tamaño de una gran montaña! Esto puede provocar una alteración en el eje de la tierra, cambiando el clima de forma drástica. El meteorito mencionado en este juicio cae sobre el mar; esto seguramente provocará olas gigantescas que sumergan islas y parte de los grandes continentes, “Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.” (Lucas 21:25,26)

Recordemos que estos juicios son para el período de la tribulación, después que la verdadera Iglesia sea removida de la tierra hacia las esferas celestiales. No son para el tiempo presente; todavía disfrutamos del año de la buena voluntad del Señor; la presencia de la Iglesia y el trato del Espíritu Santo a través de la misma, impiden que las fuerzas de las tinieblas se apoderen del mundo, como ocurrirá en ese tiempo, “Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio….” (2 Tesalonicenses 2:7)  

Por eso Dios te llama para que seas parte del pueblo fiel que se levanta en el arrebatamiento. El período de la tribulación será un tiempo de ira, por el cual Dios no quisiera que atravesaras, “... hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo…” (1 Tesalonicenses 5:4-9)    

CONTINUARÁ…       

 


Tuesday, September 1, 2020

EL PERÍODO DE LA TRIBULACIÓN (PARTE 5)

 Intermedio del sexto y séptimo sello 

“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.” (Apocalipsis 7:1-4)   

Se hace una aparente pausa en la secuencia de los juicios y aparece un ángel que sube de donde sale el sol. Es muy significativa la figura del sol, ya que el mismo es simbolizado en las escrituras proféticas como fuente de vida e iluminación espiritual. El hecho de tener el sello del Dios vivo sobre él, lo autoriza a dar la orden de parte del Señor, para detener el curso de los juicios y sellar a  un grupo de 144,000 israelitas, con el fin de completar la obra de evangelización que alcanzará a las tribus esparcidas de la casa de Israel por todo el mundo y traerlos de regreso a su tierra prometida: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.” (Mateo 24:31) 

Los 144,000 son un grupo de creyentes fieles e intachables que serán dejados en este período con una misión especial de evangelizar la última cosecha de gentiles y reunir a las doce tribus de la casa de Israel. Recibirán una unción tan poderosa, que su mensaje será como un gran sonido de trompeta que le anunciará al mundo la proximidad del reino mesiánico. Dentro de la proclamación del mensaje divino, se juntarán muchísimas personas de todas las naciones, que compondrán la plenitud de los gentiles que se unirán a la Iglesia, ya coronada en los cielos: “... ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad.” (Romanos 11:25,26) 

Los juicios divinos que caerán durante esta primera mitad del período no afectarán a estos 144,000 sellados,  serán preservados en el cumplimiento de su ministerio: “Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes.” (Apocalipsis 9:4) 

Podemos notar el efecto de su predicación en la salvación de la gran multitud que se entregarán al Señor en esos días; éstos serán perseguidos y morirán cómo mártires. El apóstol Juan los vio subir a la presencia de Dios y uno de los ancianos le explica que son personas que entregaron sus vidas en fidelidad a Jesús durante el periodo de la gran tribulación. Será una multitud de todas las naciones del mundo y será tan numerosa, que no se podrá contar. Será la gran cosecha final donde se completará el tiempo de la plenitud de los gentiles: “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero… Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero…  y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.” (Apocalipsis 7:9,10,13,14,15)

Después de la entrada de la plenitud de los gentiles, será el rompimiento del falso pacto del anticristo con Israel y se producirán los eventos de la segunda mitad de la tribulación, que conducirán a la nación escogida de vuelta a los vínculos del pacto con Dios: “Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del pacto; y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra mí; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, mas a la tierra de Israel no entrarán; y sabréis que yo soy Jehová.” (Ezequiel 20:37,38)

¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado." (Jeremías 30:7)   

“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro." (Daniel 12:1) 

El séptimo sello: 

"Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas. Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto." (Apocalipsis 8:1-5)   

Cuando se abre el séptimo sello se percibe un silencio en el cielo por media hora, presagiando que algo extraordinariamente impactante acontecerá. Los siete ángeles de juicio se ven preparados para sonar sus respectivas trompetas, las cuales anuncian que la siguiente secuencia de castigos divinos comienza. Otro ángel se para delante del altar ubicado frente al trono, con un incensario de oro y se le dá mucho incienso para añadirlo a las oraciones de los santos. Esto nos indica que las oraciones normales no serán suficientes para enfrentar las calamidades de la segunda mitad del período de la tribulación. El pueblo de Israel recibirá una gracia especial que les permitirá discernir la obra del verdadero Mesías Jesucristo: “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.” (Zacarías 12:10)

Cuando Dios reciba en su trono el clamor de su pueblo a causa de la crueldad de los atropellos de que estarán siendo objeto, la respuesta divina dará paso a los juicios de las trompetas: “Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto.” (Apocalipsis 8:5)

CONTINUARÁ...