Wednesday, August 5, 2020

EL PERIODO DE LA TRIBULACIÓN (Parte 3)

“... he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.” (Apocalipsis 6:2)

En la pasada publicación pudimos ver algo del trasfondo de la vida del anticristo, hoy  veremos lo que las escrituras proféticas nos dicen sobre su surgimiento en la vida pública del mundo durante el período de la tribulación. Las profecías de Daniel lo describen como un cuerno pequeño que surge del imperio romano revivido. El ángel del Señor le muestra al apóstol Juan una gran bestia con diferentes características y entre otras cosas la describe con siete cabezas y le explica que esas cabezas representan reinos que han pasado por el mundo portando la semilla de la rebelión de la antigua Babel,
“Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo. La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición.” (Apocalipsis 17:9-11)  

Estos siete reyes o imperios son Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persia, Macedonia, Roma y el imperio romano revivido. Luego surge el anticristo como el octavo, sin embargo es parte de los primeros siete, porque será el producto o la obra maestra de Satanás para obtener control absoluto de la humanidad. 

En la visión de las cuatro bestias que tuvo el profeta Daniel, se describe el surgimiento del anticristo en la figura de un cuerno pequeño que va creciendo hasta que logra el dominio de la comunidad internacional. Será un enemigo declarado de Dios; proferirá insultos y blasfemias contra la Majestad divina,
“Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos. Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas.” (Daniel 7:7,8)

Cuando la profecía detalla que en el surgimiento de este personaje, tres reyes caerán delante de el, nos deja ver su avance imparable como leemos en Apocalipsis,
“... y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.” (Apocalipsis 6:2)

 “... y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.” (Daniel 7:25) 

La referencia a los “santos del Altísimo” en el verso no se refiere a la Iglesia, la cual ya no estará en el panorama mundial, sino a todos los que decidan dar sus vidas al Señor y morir, antes de entregarse al gobierno de la bestia. Podemos notar que su maldad se hará más evidente para la segunda mitad del período de la tribulación (tiempo, tiempos y medio tiempo o tres años y medio). Esto será así, porque una de las cosas que lo elevará al poder es que será el único individuo que logrará hacer un falso pacto de paz entre Israel y los países islámicos,
“Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.” (Daniel 9:27)   

Precisamente de esto se trata el juicio del primer sello; se ve al anticristo cabalgando sobre un caballo blanco, lo cual simboliza la falsa paz y su presunción de mesías; poseerá un arco, sin flecha, esto nos dice que logrará el falso pacto por medio de su elocuencia diplomática engañosa. Jesús, con mucho pesar, le había advertido a la nación que ese engaño vendría a causa de su rechazo al verdadero Mesías,
“Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis.” (Juan 5:43)    

Sin embargo, algo sucederá a la mitad del período que provocará su ira y romperá el pacto concertado con la nación de Israel. Para entender esto, debemos ir al Salmo 83, donde se profetiza que se hará una alianza de los enemigos de Israel para destruirlos por completo y borrar su memoria de la faz de la tierra,
“Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus protegidos. Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel. Porque se confabulan de corazón a una, contra ti han hecho alianza las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos; Gebal, Amón y Amalec, los filisteos y los habitantes de Tiro. También el asirio se ha juntado con ellos; sirven de brazo a los hijos de Lot...” (Salmo 83:3-8) 

Está alianza nunca se ha dado en la historia y solamente el anticristo, en conspiración con las demás naciones de la tierra, le ofrecerán a Israel un acuerdo de paz, que ante la perspectiva humana parecerá razonable y conveniente. Este pacto muy seguramente incluirá los siguientes términos:
  1. Título de propiedad de la tierra, ante la comunidad internacional.
  2. Reconstrucción del tercer templo. Los países islámicos estarán dispuestos a sacrificar su segunda mezquita más sagrada ubicada en Jerusalén, con tal de destruir a la nación de Israel.
  3. Respaldo militar, protección contra sus enemigos. Esto se hará a cambio del desarme militar del ejército israelí.   
  4. Respaldo financiero en todo aspecto.
El propósito de este pacto será brindar una falsa paz y seguridad a Israel para que en el momento en que estén mas confiados, lanzar contra ellos un ataque masivo liderado por Rusia y otras naciones poderosas como Alemania, Turquía, Irán, entre otros,
“Así ha dicho Jehová el Señor: En aquel día subirán palabras en tu corazón, y concebirás mal pensamiento, y dirás: Subiré contra una tierra indefensa, iré contra gentes tranquilas que habitan confiadamente; todas ellas habitan sin muros, y no tienen cerrojos ni puertas; para arrebatar despojos y para tomar botín, para poner tus manos sobre las tierras desiertas ya pobladas, y sobre el pueblo recogido de entre las naciones…” (Ezequiel 38:10-12) 

“Vendrás de tu lugar, de las regiones del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos a caballo, gran multitud y poderoso ejército, y subirás contra mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra; será al cabo de los días; y te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan, cuando sea santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos.” (Ezequiel 38:15,16)

La frase “al cabo de los días” se refiere al período de la tribulación, donde se consumará la restauración de la nación escogida, conforme a la profecía de las setenta semanas. Dios peleará a favor de Israel una vez más y demostrará su total soberanía sobre los poderes de las tinieblas, destruyendo a sus enemigos antes de que lleguen a su territorio, 
“Y en todos mis montes llamaré contra él la espada, dice Jehová el Señor; la espada de cada cual será contra su hermano. Y yo litigaré contra él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él, impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre." (Ezequiel 38:21-22) 

Esta será una gran señal que provocará el acercamiento de muchos al Señor,
“Y seré engrandecido y santificado, y seré conocido ante los ojos de muchas naciones; y sabrán que yo soy Jehová.” (Ezequiel 38:23) 

Sin embargo, esto provocará la ira del anticristo y un gran conflicto internacional que movilizará los ejércitos de todas las naciones hacia la batalla final de Armagedón. 

Este ataque será el comienzo de la gran tribulación para los hijos de Jacob, porque serán el eje de la controversia, 
“... que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.” (1 Tesalonicenses 5:3)

“He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén. Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella. En aquel día, dice Jehová, heriré con pánico a todo caballo, y con locura al jinete; mas sobre la casa de Judá abriré mis ojos...” (Zacarías 12:2-4)

Sobre esta invasión que ocurrirá a la mitad del período de la tribulación hablaremos con más detalles en otras publicaciones, pero debemos entender que este falso pacto será el juicio del primer sello del período de la tribulación.

Continuará…     

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