Trayectoria de los acontecimientos mundiales a partir de la sangrienta guerra entre Israel y Hamas
El siguiente estudio está diseñado para ofrecer una perspectiva bíblica del curso de los eventos mundiales, a partir de la actual guerra de la nación de Israel contra el grupo islámico Hamas, en la región de Gaza. Esto no pretende ser un análisis de política internacional, sino una voz de alerta para que entendamos el cumplimiento de las antiguas profecías y comprender lo cerca que está el traslado de la Iglesia del Señor hacía las esferas celestiales.
Ciertamente las guerras son desgarradoras para todas las partes involucradas, mueren gente inocente, víctimas de sistemas políticos extremistas, avaros y corruptos. Oramos para que en esta guerra haya el menor número de víctimas inocentes posible, de ambos bandos. Que los verdaderos culpables puedan ser atrapados y llevados ante la justicia para ser procesados.
La Palabra de Dios nos enseña que la nación de Israel es como un reloj profético; todo lo que acontece en su desarrollo tiene que ver con el plan soberano del Señor para la humanidad,
“También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. De cierto os digo, que no pasará esta generación (raza judía) hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” (Lucas 21:29-33)
Los conflictos en Israel siempre han sido una realidad desde sus orígenes como nación Lo podemos ver históricamente desde el antiguo imperio egipcio, las guerras encarnizadas contra los amalecitas, los moabitas, madianitas, moabitas, amonitas, filisteos, asirios, babilonios, persas, el imperio romano, la inquisición, la Alemania nazi, etc.
Debemos preguntarnos la razón de ese odio y falta de tolerancia contra este pueblo. Las Sagradas Escrituras nos indican que ésta es una nación especial a través de la cual llegó la verdad divina al mundo, tanto de manera escrita como encarnada en la persona del Hijo de Dios,
“... israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos.” (Romanos 9:4,5)
El Señor tiene un plan especial con este pueblo, son la nación escogida para dar a conocer al mundo la manera correcta de caminar con el Creador. Dios ama a toda la humanidad, pero en su soberana elección escogió a este humilde pueblo que se dedicaba en sus principios a pastorear ovejas. Desde el comienzo Satanás y sus ángeles caídos han luchado tenazmente por destruirlos, conociendo la simiente mesiánica de la cual son portadores. El odio hacia Israel siempre ha sido provocado desde el mundo espiritual por los poderes de las tinieblas que desean destruir a la humanidad y evitar el regreso del Señor Jesucristo a reinar. No hay una razón lógica en términos humanos para explicarlo, porque las quejas que hay contra ellos sobre sus acciones son igual y hasta menos significativas que las de cualquier otra nación en el mundo.
A través de la historia todos los intentos por destruir al pueblo escogido han fallado y fallarán siempre, porque Dios mismo es su protector. Durante los tiempos en que el pueblo judío anduvo en obediencia fueron grandemente bendecidos y prosperados, de la misma manera cuando se alejaban, Dios los entregaba en manos de sus enemigos para ser castigados. Israel ha probado los dos lados.
Recientemente ha comenzado la guerra entre Israel y sus antiguos enemigos, los filisteos. Palestina significa: Tierra de los filisteos y aunque sus habitantes están mezclados con otras razas, siempre han sido hostiles hacía el pueblo hebreo.
Las escrituras proféticas nos revelan que la nación de Israel será el eje de un conflicto final que llevará a las naciones a su última gran batalla: Armagedón,
“Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella.” (Zacarías 12:2-3)
El actual conflicto con Gaza amenaza con extenderse hacía otros países cómo Líbano, Siria, Irán, Arabia Saudita y eventualmente involucrar a Rusia, Corea, China, los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN. Es una escalada peligrosa que amenaza con la extinción de la raza humana. Por esta razón Jesús tendrá que adelantar su venida,
“Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.” (Mateo 24:7-8)
“… porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.” (Mateo 24:21-22)
Israel debe dominar ampliamente en todos los escenarios de guerra, su equipo militar, sus tácticas de combate, su experiencia, su capacidad de reaccionar y sobreponerse a los ataques son insuperables. Todas las naciones del mundo serán testigos del poderío militar y combatiente que Israel es capaz de desplegar; aún de armamentos desconocidos por sus adversarios.
En mi opinión, esta es una guerra muy significativa ya que los preparativos para el establecimiento del NOM están muy avanzados y se espera que para el año 2030 quede establecido. Este sistema será gobernado por el anticristo, aunque no de manera tan inmediata. La verdadera Iglesia de Jesucristo debe ser arrebatada antes del surgimiento de ese nefasto líder,
“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.” (Apocalipsis 3:10)
El primer evento significativo después de ser trasladada la Iglesia será el engañoso pacto de paz entre el anticristo y la nación de Israel, con la mediación del falso profeta,
“Y por otra semana confirmará el pacto con muchos…” (Daniel 9:27)
“... he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.” (Apocalipsis 6:2)
En forma resumida, este pacto concederá garantías de paz y seguridad al pueblo judío, la reconstrucción del tercer templo, apoyo militar, económico y reconocimiento internacional como nación legítimamente establecida. A cambio, se le pedirá completa lealtad al gobierno mundial y el total desarme militar.
Será algo muy atractivo y conveniente, dada la situación de crisis mundial que se estará viviendo. Pero en realidad será una trampa diseñada para dar a Israel un falso sentido de confianza y hacer que descansen despreocupadamente en las cláusulas del pacto. Israel recibirá al anticristo como un mesías; Jesús les advirtió sobre esto hace mucho tiempo,
“Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ese recibiréis.” (Juan 5:43)
La dureza de corazón o ceguera espiritual cayó sobre la nación de Israel desde su rechazo al verdadero Mesías. Esa venda permanece hasta el presente y no les permite discernir completamente la importancia del sacrificio redentor de Jesús. Ésta permanecerá hasta que llegue el tiempo donde derramen su corazón ante Dios, clamando por su Salvador,
“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta. Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.” (Mateo 23:37-39)
“... ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.” (Romanos 11:25,26)
Ante esta realidad, Israel será engañado y aceptará las cláusulas del falso pacto. Las escrituras proféticas lo llaman: El pacto con la muerte,
“Y será anulado vuestro pacto con la muerte, y vuestro convenio con el Seol no será firme...” (Isaías 28:18)
El falso pacto está profetizado en el Salmo 83, donde se mencionan algunos países que estarán involucrados en la creación del mismo. El mundo árabe estará dispuesto a ceder y perder la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén (la segunda más sagrada para el mundo musulmán) con tal de destruir para siempre al pueblo judío,
“Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus protegidos. Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel. Porque se confabulan de corazón a una, contra ti han hecho alianza. Las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas. Moab y los agarenos; Gebal, Amón y Amalec, los filisteos y los habitantes de Tiro. También el asirio se ha juntado con ellos; sirven de brazo a los hijos de Lot…” (Salmo 83:3-8)
Los países mencionados en esté salmo corresponden a gobiernos vecinos de Israel en la actualidad. La mayoría de estos pueblos desean la desaparición de los judíos de la región. Hay una débil relación diplomática entre ellos e Israel.
- Las tiendas de los edomitas- Arabia Saudita y Jordania
- Ismaelitas- Siria, Yemen, Pakistan
- Moab- Jordania
- Agarenos- Nombre genérico para los musulmanes
- Gebal- Líbano
- Amon y Amalec- Cisjordania
- Filisteos- Palestinos
- Habitantes de Tiro- Líbano
- El asirio- Región de Siria e Irak
Mientras Israel esté descansando y confiado en las promesas de este pacto, a la mitad del período de la tribulación, el presidente ruso (Gog) reunirá una gran coalición de ejércitos de naciones poderosas que intentarán invadir la tierra de Israel para desatar un sorpresivo ataque que los destruya para siempre. En esa coalición participarán Alemania (Gomer), Turquía (la casa de Togarma), Irán (Persia), Fut (Libia), Cus (Etiopía),
“... pon tu rostro contra Gog (Presidente de Rusia) en tierra de Magog (Rusia), príncipe soberano de Mesec (Moscú) y Tubal (Tobolsk), y profetiza contra él…” (Ezequiel 38:2)
“... Persia (Irán), Cus (Etiopía) y Fut (Libia) con ellos; todos ellos con escudo y yelmo; Gomer (Alemania), y todas sus tropas; la casa de Togarma (Turquía), de los confines del norte, y todas sus tropas; muchos pueblos contigo.” (v.5,6)
“... al cabo de años (la última mitad del período de la tribulación) vendrás a la tierra salvada de la espada, recogida de muchos pueblos, a los montes de Israel, que siempre fueron una desolación; mas fue sacada de las naciones, y todos ellos morarán confiadamente (confiados en las promesas del pacto). Subirás tú, y vendrás como tempestad; como nublado para cubrir la tierra serás tú y todas tus tropas, y muchos pueblos contigo…” (v. 8,9)
“... Así ha dicho Jehová el Señor: En aquel día subirán palabras en tu corazón, y concebirás mal pensamiento, y dirás: Subiré contra una tierra indefensa, iré contra gentes tranquilas que habitan confiadamente; todas ellas habitan sin muros, y no tienen cerrojos ni puertas; para arrebatar despojos y para tomar botín, para poner tus manos sobre las tierras desiertas ya pobladas, y sobre el pueblo recogido de entre las naciones…” (v.10-12)
Dios intervendrá de forma sobrenatural y frustrará la invasión de Gog. La intervención divina tendrá dos propósitos principales: Proteger a Israel del exterminio y para que las demás naciones sean testigos de su poder inmensurable,
“... subirás contra mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra; será al cabo de los días; y te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan, cuando sea santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos.” (v.16)
El Señor utilizará los mismos elementos de la naturaleza y los volcará contra esa infame coalición que pensará en destruir al pueblo escogido mediante engaño. Esto será motivo de asombro y fascinación para todos. Las naciones de la tierra recibirán un poderoso testimonio de que el Dios de Israel todavía está de parte de los hijos de su pueblo,
“... en todos mis montes llamaré contra él la espada, dice Jehová el Señor; la espada de cada cual será contra su hermano. Y yo litigaré contra él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él, impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre. Y seré engrandecido y santificado, y seré conocido ante los ojos de muchas naciones; y sabrán que yo soy Jehová.” (v.21-23)
Será tanto el número de muertos, que los judíos estarán enterrándolos siete meses, en medio del asombro y la alegría de haber sido librados del exterminio,
“Y la casa de Israel los estará enterrando por siete meses, para limpiar la tierra. Los enterrará todo el pueblo de la tierra; y será para ellos célebre el día en que yo sea glorificado, dice Jehová el Señor.” (Ezequiel 39:12,13)
Todas las naciones de la tierra estarán en común acuerdo con ese pacto, pero al ver el fracaso de su estrategia le pedirán cuentas al anticristo. Los países árabes lo atacarán en su sede de Europa a lo que él responderá con su ejército y los invadirá directamente en sus tierras y los destruirá,
“... al cabo del tiempo el rey del sur (líder del mundo árabe, el Mahdi) contenderá con él; y el rey del norte (el anticristo, con sede en Europa) se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará.” (Daniel 11:40)
Seguidamente llegará a la tierra de Israel y romperá oficialmente el pacto, atacando a todos los que se le opongan, ya sea niños, mujeres, hombres. Aquí comenzará el “tiempo de la angustia de Jacob”, será la peor tribulación que jamás hayan experimentado en su historia,
“... a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.” (Daniel 9:27)
“... será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.” (Daniel 12:1)
“¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado.” (Jeremías 30:7)
Ante esta horrible persecución, el pueblo judío se polarizará; parte de ellos no aguantarán la presión y se rendirán al gobierno de la bestia, la otra parte huirá a los montes del desierto de Cisjordania, donde ubicaban las antiguas ciudades de Edom, Moab y Amon, lugares donde la persecución no les llegará debido a noticias que le llegarán al anticristo de la movilización de los reyes del oriente,
“Entrará a la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón. (Daniel 11:41,42)
“Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos.” (Daniel 11:44)
Los reyes del oriente son la coalición de ejércitos de los países que se encuentran al este del río Eufrates, tales como: India, Pakistán, Corea, Japón, China, entre otros. Desplegarán doscientos millones de soldados para salir a combatir contra las fuerzas del anticristo en el Valle de Meguido. El río Eufrates se secará para dar paso a ese descomunal ejército que se moverá con todo el adelanto de la tecnología militar,
“Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número. Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre.” (Apocalipsis 9:16,17)
“Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape.” (Joel 2:3)
“Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.” (Joel 2:10)
“El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente.” (Apocalipsis 16:12)
“Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.” (Apocalipsis 16:16)
Mientras eso tenga lugar, el remanente entendido de los judíos huirá al desierto de Cisjordania y se establecerá en las ciudades de refugio, preparadas por Dios para su supervivencia,
“Y se le dieron a la mujer (remanente sabio de Israel) las dos alas de la gran águila (la provisión divina), para que volase de delante de la serpiente (Satanás) al desierto (ciudades de refugio), a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo (la última mitad de la tribulación).” (Apocalipsis 12:14)
Jesús se los anticipó hace mucho tiempo,
“Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.” (Mateo 24:15-21)
Desde esas ciudades de refugio, el remanente judío elevará un clamor intenso, como nunca antes, rogándole a Dios que envíe su Salvador. Derramarán sus corazones en la presencia del Padre, llorando su pecado, pidiendo perdón a Dios con sinceridad, con el deseo verdadero de obedecer la Palabra del Señor. Su clamor será oído desde lo alto, sus vendas espirituales caerán, el endurecimiento de corazón será quitado y recibirán la revelación del verdadero Mesías, Jesucristo el Hijo de Dios, a quien sus antepasados mataron, crucificándole. Entonces comprenderán la suprema importancia del sacrificio redentor de Jesús y el propósito del plan que Dios tiene para ellos cómo pueblo,
“Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.” (Zacarías 12:10)
Al cabo de los siete años del período de la tribulación Jesús regresará con su Iglesia triunfal y los ángeles que permanecieron fieles a Dios. Reunirá al remanente de su pueblo judío (los escogidos) en todo el mundo y los llevará de regreso a su tierra prometida, conforme a la promesa hecha a Abraham,
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.” (Mateo 24:31)
Israel poseerá toda la extensión territorial que Dios le prometió desde el principio: Del sur y sudoeste de las montañas del Líbano, al norte hacía el oriente de Egipto y desde las llanuras costeras del Mediterráneo hacía el Río Eufrates y oeste del desierto de Arabia,
“En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; la tierra de los ceneos, los cenezeos, los admoneos, los heteos, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.” (Génesis 15:18-21)
Israel será exaltada por Dios a ser cabeza de las naciones, todas las directrices del Reino Mesiánico serán impartidas a través de este pueblo elegido para dar a conocer al mundo las verdades divinas y la manera correcta de vivir en armonía con el Creador,
“Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.” (Isaías 2:2-4)
Recordemos que no todos los que son judíos por nacionalidad serán salvos, solamente los que viven conforme a la Palabra de Dios, así como no todos los que dicen ser cristianos alcanzarán salvación, sino los que son obedientes a la voluntad del Señor. En otras palabras, el ser judío por nacionalidad o cristiano nominal no nos garantiza ser parte del pueblo de Dios,
“... no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.” (Romanos 9:6-8)
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 7:21)
Esta breve información tiene el propósito de despertar en ti el deseo de leer, meditar y escudriñar la Palabra de Dios, para que puedas entender el momento que nos ha tocado vivir y prepararnos para el encuentro con nuestro Creador. Recuerda que Jesucristo es el camino, la verdad y la vida; es quien único puede llevarnos a una relación correcta con el Padre. Acéptalo hoy y verás llegar a tu vida tiempos de refrigerio,
“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.” (Hechos 2:38)
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.” (Hechos 3:19-21)
Nuestra oración al Padre es que cada día pueda ser mayor el número de personas que sean parte del cuerpo de creyentes que será librado de los días terribles de la gran tribulación,
“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.” (Lucas 21:34-36)
Dios te bendiga, maranatha.