En la segunda parte de este estudio estaremos considerando la relación entre el establecimiento del Nuevo Orden Mundial y la resurrección del Imperio Romano. Para comprender el origen y desarrollo de esta gran conspiración debemos ir a las antiguas profecías contenidas en el libro del profeta Daniel.
La visión de la gran imagen dada al rey Nabucodonosor e interpretada por Daniel, describe de manera simbólica el imperio de Babilonia y una serie de gobiernos que sucederían tras él hasta el final de los tiempos; esto nos lleva hasta los días del período de la tribulación y la segunda venida de Jesús, donde llegará a su fin el dominio de los gobiernos humanos. Esta lista no abarca otros reinos que han dominado el mundo en diferentes épocas, pero es la que tiene que ver con el cumplimiento del plan de Dios con la humanidad, teniendo como eje central a Israel, la nación escogida,
“Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno.” (Daniel 2:31-35)
A través de la historia notamos de manera sorprendente la precisión de esta profecía. Se presenta a Babilonia como la cabeza de oro fino por toda la gloria y esplendor humano que lograron amasar durante su dominio. Fue uno de los imperios más ricos y majestuosos de toda la historia. Jerusalén fue invadida y conquistada por ellos; los judíos fueron en su mayoría deportados y llevados al exilio por setenta años. Aquí se estableció el comienzo de lo que se conoce como el “tiempo de los gentiles” (588 aC.) De ahí en adelante los judíos perdieron su autonomía sobre la ciudad santa hasta nuestros días. Muchas naciones la han ocupado y ejercido control sobre ella. Esto continúa hasta nuestros días donde se le considera una ciudad internacional. Esta situación se extenderá hasta la segunda venida de Jesús,
“... Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.” (Lucas 21:24)
El espacio es limitado para dar una explicación detallada de la exactitud de la profecía de la gran imagen, pero de manera breve mencionaremos lo que representa:
“La cabeza de esta imagen era de oro fino” (Daniel 2:32) -Simboliza el Imperio Babilonio que dominaba el mundo conocido al momento que fue dada la profecía. (612-539 aC.) .
“Su pecho y sus brazos, de plata”- Representa al Imperio Medo-Persa (550-330 aC.). Su dominio se extendió a través de Asia Central, Mesopotamia, Palestina, Egipto, Anatolia y parte de Grecia. Su organización política se basó en la figura del emperador y combinó una administración central fuerte con algo de flexibilidad y tolerancia. Bajo su dominio el pueblo de Israel consiguió el permiso de regresar a su tierra después de setenta años de exilio.
“Su vientre y sus muslos, de bronce”- Macedonia, (336-323 aC.) Alejandro Magno conquistó la mayor parte del mundo conocido, inaugurando el período helenístico de la historia griega.
“Sus piernas, de hierro”- Roma, (27 aC - 476 dC) Ha sido el imperio más cruel y despiadado que haya existido. Nuestro Señor Jesucristo padeció bajo su dominio. Su caída tuvo lugar en dos etapas: La parte occidental con sede en Roma en el año 476 dC. y la parte oriental con su capital en Constantinopla en 1453 dC. Sin embargo su parte religiosa ha seguido dominando al mundo hasta nuestros días y seguirá hasta el período de la tribulación donde se convertirá en la diseñadora principal del Nuevo Orden Mundial. Por eso notamos que el hierro se extiende hasta los dedos de la imagen donde se mezclarán por medio de alianzas humanas para controlar el comercio mundial.
“Pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido”- Federación de diez sectores económicos que tomará el control de todo el comercio mundial. Se unirá con la parte religiosa de la iglesia mundial, liderada por el falso profeta y formarán lo que se conoce como: “Babilonia la Grande”. Su principal objetivo será someter a todos los sectores de la política y la sociedad bajo el dominio del anticristo.
“Una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó”- Evidentemente esto hace referencia a Jesús en su segunda venida.
“Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno”- Establecimiento del Reino de Dios; los reinos del mundo quedarán bajo el total dominio del gobierno teocrático del Mesías. .
Notemos que una vez el Imperio Romano llega al poder, se extiende su influencia y dominio hasta el final de la tribulación donde se mezcla con el barro para dar forma al gobierno del anticristo,
“Y el cuarto reino (Imperio Romano) será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre…” (Daniel 2:40-44)
En el capítulo siete de la profecía de Daniel se muestra la misma revelación, pero desde la perspectiva de Dios. Mientras el mundo admira esos imperios por su belleza terrenal, el Señor los mira como bestias crueles e irracionales,
- “... cuatro bestias grandes, diferentes la una de la otra, subían del mar. La primera era como león, y tenía alas de águila…" (Daniel 7:4) - Representa al Imperio Babilónico. Se le ve con alas de águila simbolizando la rapidez y la precisión de sus conquistas.
- “... he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue dicho así: Levántate, devora mucha carne.” (7:5) - Esta simboliza el Imperio Medo Persa, famosos por sus ataques demoledores, sin compasión, ni titubeos. En sus principios Media era la potencia militar dominante y Persia era una pequeña región subordinada, sin embargo fue creciendo hasta hacerse más poderosa que Media, la anexó y formaron un gran imperio que gobernó toda la región. Durante su dominio los judíos obtuvieron el permiso de regresar a su tierra y reconstruirla después de setenta años de exilio.
- “... he aquí otra, semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía también esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio.” (7:6)- Se describe al imperio Macedonio; liderados por Alejandro el Grande. Se caracterizaban por emprender invasiones rápidas, sorpresivas y bien planificadas. Esto se representa en las cuatro alas de ave en su espalda. Después de la repentina muerte de Alejandro Magno, sus cuatro generales: Casandro, Ptolomeo, Antígono y Seleuco se dividieron el reino, esta realidad es simbolizada por las cuatro cabezas.
- “... miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos.” (Daniel 7:7) El Imperio Romano es representado en esta cuarta bestia; tiene una doble connotación ya que tuvo su cumplimiento durante su dominio imperial, pero también tendrá un cumplimiento en los eventos del fin.
Cómo mencionamos anteriormente, el Imperio Romano tuvo su muerte política en el año 476 dC (parte occidental) y en 1453 dC.(parte oriental), sin embargo ha seguido dominando el mundo a través del aspecto religioso. El papado ha intentado resucitar discretamente el antiguo imperio político, pero no lo han logrado del todo. No obstante, la profecía anticipa que será resucitado para los postreros días. Por esta razón el capítulo trece de Apocalipsis hace el señalamiento de la cabeza herida de muerte que será sanada,
“Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia…” (Apocalipsis 13:3)
Juan pudo apreciar que tenía siete cabezas, esto nos indica que esta revelación es complementaria a la profecía de la gran imagen que soñó Nabucodonosor. Traza su trayectoria desde la rebelión de la humanidad en la Torre de Babel descrita en el capítulo once del Génesis. De ahí surge el nombre de Babilonia la Grande,
“... y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.” (Apocalipsis 17:5)
El capítulo diecisiete de Apocalipsis nos da la interpretación de las siete cabezas que el apóstol Juan pudo notar. Son reyes y reinos que han arrastrado la semilla de la rebelión originada por las personas que creyeron que podían hacer una torre (zigurat) que llegara al cielo de manera que pudieran perpetuar sus nombres y dominar el mundo sin tomar en cuenta a Dios. La torre se construyó en forma piramidal y su objetivo era rendir culto a otras deidades y descartar al Creador de sus vidas,
“Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo.” (Apocalipsis 17:9,10)
Esta profecía también tiene una doble connotación ya que Roma es la única ciudad en el mundo que ha sido construida sobre siete montes y a la vez es la legitima heredera de los misterios babilónicos. Los siete reyes son imperios que arrastraron la semilla de rebelión contra Dios originada en Babel y tuvieron que ver con la vida del pueblo de Israel. Estos reinos fueron: Egipto, Asiria, Babilonia, Medo Persia, Macedonia. Estos cinco habían caído para la época del apóstol Juan.
Roma era el sexto; dominaba el mundo conocido para el momento en que se entrega la profecía y el séptimo es el Imperio Romano revivido, que aún no ha venido. De ahí surgirá él octavo, el imperio del anticristo, la máxima manifestación de la maldad que jamás haya existido,
“La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición.” (Apocalipsis 17:11)
El profeta quedó espantado y sin aliento al observar la cuarta bestia y lo que vendrá después. Esta representa el gobierno mundial que se avecina y los acontecimientos que sucederán hasta la llegada del Reino Mesiánico,
“En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron y mi rostro se demudó; pero guardé el asunto en mi corazón.” (Daniel 7:28)
Continuará…