El período milenial será un tiempo de perfecta paz, abundancia y prosperidad para toda la raza humana, bajo el reinado del Mesías Jesucristo. La tierra experimentará la restauración a condición paradisíaca y no habrá escasez de ningún tipo. Durante este tiempo Satanás estará encerrado junto a sus ángeles caídos en la profundidad del abismo como un perro rabioso, esperando a ser soltado para despedazar lo que encuentre a su paso. El milenio será un tiempo de transición entre el período presente y la eternidad; la humanidad será probada en las mejores condiciones de vida que pueda existir. Los sobrevivientes de las naciones del período de la tribulación que acepten ser parte del reino teocrático, pasarán a ser parte del mismo en cuerpos naturales, pero perfeccionados para tener una vida más longeva y productiva. Seguirán casándose, procreando y criando familias. Trabajarán por el bien común, sin la remuneración monetaria y la humanidad alcanzará su mayor desarrollo en todas las áreas de la sociedad (esto lo habiamos explicado con detalles en las pasadas publicaciones).
En cambio, los miembros de la verdadera iglesia universal, los cuales habrán sido arrebatados, poseerán cuerpos glorificados, semejante a los de los ángeles y tendrán el honor de reinar juntamente con Cristo.
Al cabo de los mil años serán abiertas las puertas del abismo y el diablo con sus demonios saldrán de la prisión con gran ira con el propósito de engañar nuevamente a los habitantes de la tierra. Recordemos que las personas nacidas durante el milenio no habrán vivido los acontecimientos del período de la tribulación, ni la segunda venida del Señor, ni el establecimiento del reino mesiánico. Necesitarán ser probados antes de entrar a la eternidad; esta prueba final será totalmente necesaria para erradicar toda posibilidad de otra futura rebelión que dañe el orden divino en el reino eternal.
La ira satánica aumentará en la medida que el enemigo observe a su paso la restauración de la flora, la fauna, la vida animal, el ambiente de total restauración que el Señor habrá hecho en beneficio de los seres humanos. Parece inconcebible, pero muchos serán engañados nuevamente ante el engaño y la seducción del enemigo. Se ha discutido mucho sobre las posibles razones que tendrán estas personas para rebelarse contra Dios y hacerle la guerra a su pueblo. Algunas de éstas podrían ser:
- La ausencia del dinero para hacer comercio, se trabajará por el bien común de todos.
- La vanagloria personal de tener más posesiones que otros será inútil. Muchos han comparado el reino teocrático con los postulados del sistema de gobierno comunista en la actualidad. Una de las grandes diferencias es que en el comunismo el pueblo vive en la pobreza y los gobernantes viven como reyes; en el reino mesiánico todos gozarán de extrema abundancia.
- Muchos de los que vivieron en el sistema actual posiblemente desearán volver al estado pecaminoso que vivían antes.
- Muchos no querrán rendir el honor y la adoración que solamente Dios se merece.
Al igual que en la actualidad, las personas que se desenfocan de la verdad por sus motivaciones egoístas, se van separando voluntariamente del cerco de Dios y quedan vulnerables a todo tipo de mentira.
El engaño del enemigo será a escala mundial, “... saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra…” (v.8)
Se menciona a Gog y a Magog, pero no podemos confundirlo con la Confederación del Norte liderada por Rusia que intentará invadir a la tierra de Israel a mitad del período de la tribulación; se menciona a manera de referencia, para que tengamos una idea de la magnitud de ejércitos que vendrán contra el campamento de los santos y la ciudad amada,
“... a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada…” (v.9)
El campamento de los santos será todo el territorio de la tierra prometida donde habitarán confiadamente las doce tribus de Israel; la ciudad amada es Jerusalén, la cual será capital de todos los asuntos del reino mesiánico, por esta razón todo el ataque se concentrará ahí.
Las personas que participen de esta rebelión sellarán para siempre su condenación; serán destruidos por el fuego abrasador del Señor y sus almas descenderán al hades a esperar el juicio final.
Habrá llegado el momento más temido por Satanás y sus ángeles caídos; serán quebrantados y lanzados al lago de fuego que arde con azufre, (gr.Gehenna)
Este lugar no debemos confundirlo con el infierno (gr.Hades), ni con el abismo (gr.abyssos). El hades es el lugar de espera de los seres humanos condenados antes de ir al juicio ante el gran trono blanco; el abismo es el lugar de espera para Satanás y sus ángeles caídos, antes de ser soltados para su último ataque, pero el lago de fuego y azufre es el destino final para todos ellos, tanto humanos, como los ángeles caídos. El tormento será eterno, no habrá descanso en ningún momento.
Estimado amigo, Dios te ama demasiado, la prueba más grande de su amor es que envió a su único hijo a este mundo para morir por nosotros y presentar el único sacrificio que puede llevarnos de vuelta a la comunión con nuestro Creador. Satanás es el padre de la mentira y tiene muchas maneras para engañar y hacer que perdamos el blanco,
“El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan 8:44)
Jesús es el único camino hacia la salvación y vida eterna,
“... Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6)
“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:11,12)
Se extienden dos caminos delante de toda la humanidad: El camino del bien y el camino del mal, no hay puntos intermedios; nos toca a nosotros elegir,
“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días…” (Deuteronomio 30:19,20)
No te pierdas la próxima edición donde estaremos analizando el pasaje que describe el juicio ante el gran trono blanco o juicio final.
Continuará…