CONDENACIÓN DE LA GRAN RAMERA (Parte 5)
“... Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.” (Apocalipsis 17:4,5)
En esta publicación estaremos analizando algo de la descripción que ofrece la Palabra de Dios sobre el sistema corrupto de religión globalizada que dominará en los últimos tiempos. Esta religión será una combinación del sector católico y las iglesias evangélicas apóstatas, en colaboración con las demás religiones del mundo, como el Islam, Budismo, entre otras. En la actualidad este movimiento se le conoce como ecumenismo.
Este pasaje describe de manera muy vivida y vehemente aspectos de la vestidura de esta organización. No cabe duda que el único sistema religioso que utiliza literalmente la vestimenta descrita en este pasaje, es la religión romana, la cual es el centro y originadora de todo su andamiaje,
“Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra.” (Apocalipsis 17:18)
La escritura profética resalta su opulencia en contraste con la pobreza y miseria que viven muchos pueblos y más en ese tiempo de angustia universal. Muchos han llegado a plantear que si se vendiese parte de las riquezas que posee el Vaticano se podría erradicar el hambre del mundo. Entonces cabe la pregunta: ¿De dónde vienen las riquezas de esta religión?, ya que sería imposible acumular tanta fortuna solamente con las ofrendas de los feligreses devotos, aun de los más acaudalados. Las congregaciones y parroquias de la comunidad no alcanzan para levantar tanta cantidad de riqueza material.
Debemos entender que esa plataforma financiera no se construye de la noche a la mañana. La religión romana lleva muchos siglos recibiendo grandes donaciones de los gobiernos y entidades multimillonarias, desde su fundación en el año 313 dC. con el Emperador Constantino y el Edicto de Milán, donde se estableció el Cristianismo como la religión oficial del Imperio Romano. Para el año 1000 la Iglesia Católica era la mayor propietaria de tierras de Europa. Su patrimonio no vendría determinado por una política inversionista, sino que sus propiedades eran fruto de las donaciones que había recibido desde el siglo IV.
En la actualidad, conducen servicios financieros a nivel global a través del Instituto para las Obras de Religión (conocido popularmente como el Banco del Vaticano). Este sistema bancario fue fundado por el Papa Pío XII en el año 1942 con el propósito de conservar y administrar los bienes confiados al Instituto por personas físicas o jurídicas que tengan por objetivo actividades religiosas o caritativas. Abarca una amplia gama de negocios que incluyen uniones de crédito, bancos, compañías de tarjetas de crédito, compañías de seguros, compañías de contabilidad, compañías de financiamiento al consumo, casas de bolsa, fondos de inversión, gerenciadoras individuales y algunas empresas patrocinadas por el gobierno. Están presentes en todas las ubicaciones geográficas desarrolladas económicamente y tienden a agruparse en centros financieros locales, nacionales, regionales e internacionales como Londres, Nueva York y Tokio.
El capítulo 18 de Apocalipsis nos arroja luz sobre los tipos de transacciones que este sistema religioso mantiene a través de todo el mundo,
“... mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres… Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando… porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones…” (Apocalipsis 18:12,15,23)
Es sorprendente que en la lista de mercaderías se encuentran esclavos y almas de hombres. La esclavitud institucionalizada fue abolida hace mucho tiempo, pero aquí se menciona como algo presente, lo que nos da a entender que tiene que ver de manera directa o indirecta con la trata humana ilegal, la pedofilia, la prostitución, lavado de dinero y tráfico de armas que existe en algunos países. También menciona que mercadea con almas de hombres; esto tiene un significado espiritual, ya que no menciona solamente personas, sino almas. Muchos sectores de la cristiandad han caído en el grave error de poner más importancia al aspecto financiero de la obra, que al bienestar y crecimiento espiritual de la grey. Las palabras de reprensión de Jesús hacia los fariseos resuenan en el presente contra aquellos que miran la obra de Dios como un medio para lucrarse,
“Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando…
… recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros…
… decís: Si alguno jura por el templo, no es nada; pero si alguno jura por el oro del templo, es deudor. ¡Insensatos y ciegos! porque ¿cuál es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro?...
… decís: Si alguno jura por el altar, no es nada; pero si alguno jura por la ofrenda que está sobre él, es deudor. ¡Necios y ciegos! porque ¿cuál es mayor, la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda? Pues el que jura por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él; y el que jura por el templo, jura por él, y por el que lo habita; y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, y por aquel que está sentado en él…
… Limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio…
… sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad…
… ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?... (Mateo 23:1-36)
No cabe duda que tanto en la iglesia católica, como la evangélica existen muchos creyentes sinceros que aman a Dios y no tienen nada que ver con esta corrupción que se origina en la alta jerarquía de ambos bandos. Incluso muchos sacerdotes católicos y líderes evangélicos trabajan con sinceridad y dedicación, ignorando la agenda oscura de la alta esfera. Pero Dios está observando la intención de los corazones y dará el pago a cada uno según el fruto de su camino,
“Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.” (Mateo 13:41-43)
Es interesante notar que uno de los mas reconocidos exponentes bíblicos del sector católico, Ignacio de Loyola (fundador de la orden Jesuita), reconoció en su exégesis que la gran ramera se refiere a la Iglesia Católica, pero lo veía como una apostasía generalizada en los últimos tiempos, no como una condición presente y en desarrollo. El profeta David Wilkerson en tiempos más recientes tuvo la oportunidad de ver que en el desarrollo de este sistema se unían las iglesias evangélicas apóstatas, amantes del dinero y de la opulencia. Recordemos que la apariencia de este mundo es pasajera, solamente permanecerán los que hacen verdaderamente la voluntad del Señor,
“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:16,17)
CONTINUARÁ …